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jueves, noviembre 21, 2024

Arranca el plan de victimización

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A través de sus organizaciones fachada, la Organización Nacional del Yunque comenzó con la campaña de victimización del candidato del PRIAN a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, por el atentando que dice sufrió, aunque este haya sido cometido en otra casa que no es la suya.

Las organizaciones bonsái o la pipitilla de la sociedad civil difundieron un comunicado en el que repiten como merolicos el principal eje narrativo que el PRIAN quiere imponer, a fin de llevar la elección a una judicialización.

Vea si no: “Demandamos al Gobernador del Estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, asegure las condiciones para que en Puebla vivamos elecciones limpias, libres y SEGURAS, tanto para candidatos como para electores”.

“Elecciones limpias, libres y seguras” es justo la cantaleta en la que la oposición ha difundido para denunciar que hay una elección de Estado, que hay un grave problema de inseguridad que afecta el proceso electoral y que con lo ocurrido con Eduardo Rivera suman dos “atentados” contra candidatos.

Entre los firmantes se encuentran Puebla a favor… perdón en Contra de la Corrupción y la Impunidad, Frente Cívico Nacional, UNE México —que encabeza el Señor X, alias Claudio X. González—, Unidos por México, Sumamos o Sí por México, que es dirigido por Moroni Pineda, alias el Señor Arrebata Micrófonos.

Todo indica que Eduardo Rivera sigue anclado en el pasado, ya que usar a la pipitilla de sus organizaciones parece que es la única estrategia que conoce. Cuando fue hallado responsable por el desfalco superior a los 400 millones de pesos a su paso como alcalde de Puebla, también activó a sus esbirros enquistados en la “sociedad civil” para defenderlo y afirmar que había una persecución política en su contra a manos de Rafael Moreno Valle.

De buena fuente le podemos decir que el equipo del candidato a la gubernatura comenzó a presionar a los rectores que forman el Consorcio Universitario para se sumen a la condena y eso, irónicamente, contribuya a enrarecer el ambiente político.

Así que no le extrañe que el atentado que dice Eduardo Rivera que fue cometido en su contra, pero ejecutado en un domicilio en el que no vive, será el nuevo alarido de las organizaciones fachada de los conservadores.

 

“Que nos ganen por la buena”

Un tuit de Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández develó el inconsciente de la oposición. Vea usted: “Mi solidaridad contigo @eduardorivera01, ante estos hechos que no solo vulneran tu persona sino que alteran la tranquilidad de tu familia, un abrazo. ¡Exigimos a las autoridades federales y estatales que garanticen la seguridad de todas y todos los candidatos!

¡Que nos ganen a la buena!”.

El posicionamiento de la dirigente estatal del PAN tuvo que ser borrado debido a la última y muy revela frase: “¡Que nos ganen por la buena!”. El hazmerreír del WC más grande de la política, también llamado Twitter, no se hizo esperar. Los panistas estaba que trinaban.

La publicación, sin embargo, es una muestra evidente de que en el PRIAN, la derrota es la loza con la que se despiertan todos los días.

 

Dudas que matan

Tal y como lo hemos visto hasta el momento de los supuestos “atentados” contra Eduardo Rivera y Mario Riestra, los perpetradores de tales nos dejan la muy justificada duda: De plano eran muy pendejos, fueron chivos expiatorios o de plano la delincuencia es muy maleta.

Vea usted el patético caso que nos ofreció Adán Domínguez Sánchez, el velador que dejó Eduardo Rivera Pérez al frente del Ayuntamiento de Puebla. La noche del sábado, el candidato a la gubernatura denunció que había sufrido “un atentado”, esa bonita frase que se ha hecho moda entre los prianistas cuando estamos frente a un burdo montaje.

El velador publicó en su cuenta X, al filo de la media noche, que se había logrado la detención de una pareja a bordo de una camioneta que reconocieron “iban en busca de una persona a la que no encontraron en el lugar”. Al final soltó una críptica frase: “Lamentamos que estos actos políticos manchen la seguridad de la ciudad y pongan en peligro a las familias”.

¡Ah, caray! ¿Cuándo dejó de ser un hecho delictivo para ser uno político?

Por la mañana de este domingo, Eduardo Rivera se tiró al piso, pero el tema no prendió como querían. Eso seguramente llevó al patrón Rivera a jalarle las orejas a Adán, quien 15 horas después cambió radicalmente sus dichos. “Son lamentables hecho que sucedieron el día de ayer, que tienen un móvil político… de acuerdo con las primeras declaraciones de las víctimas, iban en busca del candidato y que se equivocaron de casa”. Ah, no pues sí.

En el caso del velador nada sorprende debido a que ha demostrado una enorme estulticia, pero hay varias preguntas: ¿Por qué no profundizó con el paso de las horas de qué iba la irrupción a las vecinas de Eduardo Rivera? Ante tan grave situación, por qué esperar 15 horas para afirmar, en una entrevista con reporteros y después de que Eduardo Rivera dijera que era un “atentado”, para ofrecer un posicionamiento totalmente diferente al que hizo en sus redes sociales.

Estamos ante el mismo y falaz caso de Mario Riestra en el que pese a la gravedad y con la oportunidad de tener todos los elementos para acusar que había una acción criminal directa con el candidato, nadie dijo nada y ni siquiera presentaron videos o testimonios.

Lo que sí vimos fue a un sujeto que dejó su papel de velador para asumirse como Ministerio Público y juez.

Lo verdaderamente grave de lo ocurrido el sábado, en el exclusivo fraccionamiento donde vive Eduardo Rivera, es que de ser cierto lo que dice el candidato, el mismo lucro político-electoral desvío la atención de lo importante. Y, en segundo lugar, si fue un hecho cometido contra sus vecinas, el mismo lucro contaminó el caso innecesariamente.

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