El equipo del candidato del PRIAN a la alcaldía de Puebla, Mario Riestra Piña, ha de estar que se da de topes por el montaje que realizaron hace unos días. Una muestra de que las cosas no salieron como quisieron es la medición de la conversación digital. El PAN, de acuerdo con los estudios más serios, tiene un volumen muy grande interacción en X, antes Twitter. Es allí donde, por ejemplo, Eduardo Rivera Pérez y Riestra tiene la mayor interactividad. Es su red favorita, pues. Para el abanderado capitalino la situación se torna más complicada debido a que las supuestas amenazas que recibió hace días en San Francisco Totimehuacan no generaron el impacto deseado y, peor todavía, terminó por revertirse en su contra. Un análisis del ecosistema digital, a través de herramientas de Inteligencia Artificial, revelan que la jornada de este martes, hubo 6 mil 829 interacciones respecto al tema de Mario Riestra, pero 3 mil 675 menciones fueron en su contra u opiniones negativas. Hubo otras mil 745 que resultaron neutrales, que puede considerarse que serían las notas informativas que se generaron al respecto, mientras que sólo mil 409 fueron positivas o de respaldo al abanderado del PRIAN. Si este resultado no es una desgracia, entonces, ya no sabemos qué lo es el ámbito electoral. Si a eso le añadimos el brutal video que circuló de Alejandro, la persona a la que Riestra Piña inculpó del atentado que sufrió, se puede esperar que los negativas continúen creciendo. El problema de una mentira en tiempos electorales es que si no tiene la contundencia deseada, terminará por perderse o generar un efecto boomerang como le ocurrió al candidato. Si de verdad querían impactar en la conservación, los integrantes del equipo de Riestra debieron entender que la ocurrencia de Carolina Beauregard de vender una falsa narrativa de violencia en la entidad no sirvió de nada. Tampoco sirvió que acusaran una intromisión del gobierno del estado en la elección local. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación desechó cualquier indicio. En una campaña electoral la inteligencia siempre será una mejor herramienta que las ocurrencias. Lástima que Mario Riestra lo entendió en carne propia.