Primer acto
El war room de Mario Riestra Piña parece más una sesión espiritista que una sala de estrategia.
El espíritu de Moreno Valle se apodera de uno de los presentes.
-“Así como va la cosa -dice el espíritu del exgobernador a través del cuerpo que ha tomado-, no hay certeza de triunfo y ya no estoy para hacer el milagro”.
Grita igualito que lo hacía en vida y el poseído amenaza con lanzar el celular que tiene en la mano.
– “Hagan lo que me recomendó Manzanilla en el 2010: Crear un adversario. Se necesita una campaña de contraste”, declara el espíritu y sale repentinamente del cuerpo que había tomado.
En la sala espiritista, comienza la lluvia de ideas.
-El candidato de Sigamos Haciendo Historia por la capital no está en la ecuación porque sería darle reflectores, dice uno.
-Alejandro Armenta no es tu adversario, también está descartado.
El poseído toma la palabra y urde la trama: ¿Y si planeamos un falso atentado contra Mario Riestra que sirva para que se victimice?
Segundo Acto
Día de campaña: 22
Zócalo de San Francisco Totimehuacan.
Interesados en concretar la trama pactada en el war room, el equipo de Mario Riestra aprovecha el mitin al que asiste también el candidato a la gubernatura. Con todas las negras intenciones, los riestristas encuentran a “su víctima”, a “su hombre”, al “personaje” que los ayude con el plan.
Al terminar el encuentro, viene el momento perfecto: La hora de las fotografías con el candidato.
Tercer Acto
Mario Riestra aparece a cuadro.
A su espalda se observa el edificio de la Fiscalía General del Estado.
Es la madrugada del día lunes. Cinco horas y media después de que concluyó el evento
de Totimehuacan.
Candidato: He presentado una denuncia porque cuando era el momento de tomarnos fotos, un sujeto me tomó del cuello y me amenazó de muerte.
Me dijo: “Tu cabeza vale 15 mil pesos”.
No hay fotos ni videos.
Tampoco hay denuncias en redes sociales sobre el atentado.
Video del candidato: “Responsabilizo al gobierno del estado por lo que pueda pasarme a mí, a mi familia, a mi equipo… exijo que el gobierno saque las manos del proceso electoral”.
El enemigo de Mario Riestra ha aparecido.
La campaña de contraste ha dado a luz.
Cuarto Acto
Con toda la intención de marcar agenda, Mario Riestra hace un carrusel en medios de comunicación el lunes por la mañana para denunciar la grave agresión que sufrió y enfocar todas sus baterías contra el gobierno del estado. “Los responsabilizo”, “Que saquen las manos”, “Morena quiere inhibir el voto”.
Tampoco hay fotos ni videos. Solo la palabra del candidato.
Quinto Acto
El equipo riestrista se enfrenta a un enemigo que no estaba en su ecuación: El candidato Eduardo Rivera Pérez. “Yo solo vi empujones”, declara el exalcalde. ¿Y la amenaza, apá?
Sexto Acto
El Señor X, alias Claudio X.
González, visita Puebla con la finalidad de fortalecer la narrativa del atentado y dar “un empujón” para que el tema se difunda a nivel nacional, pero el resultado es gris… como el mismo empresario.
Solo los medios afines al magnate le dan juego, pero en realidad la “nota” queda perdida en el marasmo informativo.
Lo que sí es un hecho es que tanto El Señor X como Riestra siguen con la misma versión: Los malos en esta elección están en el gobierno del estado.
Séptimo Acto
El día transcurre sin videos ni imágenes del responsable del atentado.
Lo que sí hay son declaraciones de la dirigente estatal del PAN y la candidata responsable de iniciar desde hace mucho tiempo la cantaleta de que “Puebla es un estado inseguro”.
Ambas aseguran, con el escapulario en la mano, que por diosito santo sí hay una elección de Estado y que es gra-vísi-mo lo que le ocurrió a Mario Riestra.
La candidata: Lo dijimos y lo sostenemos: El gobierno está metido y ha creado un encono social y político. Estamos en una elección de Estado.
Octavo Acto
En el equipo del candidato Riestra comienza a sentirse la desolación.
-“A ver, las encuestas, el reporte de redes… cómo se ha movido el atentado”, exige el abanderado a sus achichincles. El rostro de enojo aparece al ver las cifras.
-“Jefe, es que también usted no ayuda”, se muerde el labio por contestarle uno de los subordinados.
Lo que el integrante del equipo de campaña quería reprocharle fue una entrevista que concedió al Canal 6 de Puebla, en el que él solito desmontó su versión del atentado.
Mario Riestra en enlace telefónico.
-Reportero: “¿Por qué relacionas la amenaza con el gobierno del estado? ¿Por qué infieres en que hay una injerencia del gobierno y por eso viene esta amenaza?”.
Es el momento. La clave para dar la estocada
-La respuesta: “Hemos venido señalando que hay grupos de choque que se están acercando al partido oficialista, es un tema que incluso se ha venido mediatizado en redes sociales, a raíz de comentarios de periodistas y, bueno, tenemos conocimiento de que gente cercana a Morena se está reclutando a este tipo de grupos. Lo he señalado, lo señalé en mi registro ante el Instituto Estatal Electoral, lo hemos señalado en ruedas de prensa y por eso reiteramos el llamado una vez más”.
(Propuesta: Poner risas grabadas de fondo).
Noveno Acto
Al igual que Mario Riestra, Alejandro Martínez usa las redes sociales para difundir un video con un testimonio desgarrador.
El panista lo está inculpado falsamente, sostiene con la voz cortada y a punto del llanto.
Las conclusiones son más que reveladoras:
-Alguien que va a atentar contra un candidato trata de cubrir cualquier rastro y no dejar testimonio de su presencia. ¿Por qué Alejandro se tomó una fotografía con Eduardo Rivera previamente a que pasara lo que Riestra dice que pasó?
-Alguien que va a atentar contra un candidato no va en estado etílico, necesita la sobriedad para asestar bien el golpe. ¿Ir con aliento alcohólico lo hace culpable?
-Alguien que va a atentar contra un candidato no lleva a su familia al mitin donde pretende perpetrar el golpe. ¿Por qué Alejandro llevó a su esposa?
-La identificación que Mario Riestra presentó ante la Fiscalía para inculpar a Alejandro era solo copia que obtuvo porque cuando fue sometido por personal de seguridad del candidato, la extrajeron de sus bolsillos y le tomaron una foto. ¿Eso es prueba suficiente?
Versión alterna poco fiable: Alejandro acudió evidentemente en estado etílico al mitin panista de Totimehuacan. Los policías estatales que cuidan desde el 4 de abril a Mario Riestra están capacitados y entrenados para detectar a sujetos sospechosos y bajo influjos de drogas o alcohol. Alejandro se acercó primero a Eduardo Rivera. Se tomó una foto. A unos metros se encontraba Mario Riestra y quiso también fotografiarse. Entre el tumulto, Alejandro intenta jalar al candidato, los uniformados se acercan, lo someten, le extraen su identificación para saber quién era.
Lo dejan libre.
Versión oficial del bunker riestrista: Fue un atentado.
Décimo Acto
En el war room de Mario Riestra el desencanto se torna en preocupación. La farsa no ha funcionado. A Carolina Beauregard, la candidata que aseguró que “en #Puebla vivimos una elección de estado y el proceso electoral más violento de la historia de México”, no le creen ni sus compañeros panistas.
La farsa del atentado se va desdibujando pese a que desde San Lázaro pretenden empujarlo, a través del coordinador del Grupo Parlamentario del PAN y otros legisladores busca chambas.
La nota una vez más se pierde en el marasmo informativo.
Onceavo Acto
El war room de Riestra se convierte una vez más en una sesión espiritista.
El espíritu de Moreno Valle se apodera de nueva cuenta de otro colaborador del panista. La voz es colérica. El poseído aprieta el celular en la mano y los presentes temen que lo destruirá o se lo aventará a alguien.
-“¡Esto un desastre! Ahora todos los ven como unos desesperados y mentirosos. Ni para eso son buenos. Lo que debía ser una estrategia perfecta, de manual electoral, terminó en una farsa.
Lo que es peor: Ya se ganaron de a gratis a más enemigos a los que han agraviado. Si yo fuera el gobernador los haría pomada.
Ahora todos nos van a decir: ‘A los del PAN, se les cayó el teatro’.
Y sí, se les cayó la farsa”.