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jueves, noviembre 21, 2024

Últimas reflexiones del 2023

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En mis últimas noches de insomnio del 2023, cuando todas las ideas caen como fichas de dominó, me di cuenta que durante doce largos meses, leí solo mujeres escritoras, de varios países, contemporáneas (salvo dos autores que se colaron un fin de semana). 

Esa última noche decidí leer algo para no perder la costumbre y, entre las penumbras para no despertar a mi compañero de habitación, caminé hacia mi estudio. 

 Miss P. como llamamos cariñosamente a mi tallerista de hace años, escritora también y, ahora, puedo decir con orgullo, amiga, siempre me sugiere leer poesía. “La poesía es la clave”, me dice cada que intento justificar mi bloqueo, aunque sé, y ella sabe, quizás, que en realidad se llama procrastinación.  

A ver pues, me dije enfadosa, leamos poesía y me sumergí en ella como quien entra por primera vez -después de años de no nadar-, a una alberca gigante. Solté el libro y cogí el celular tan pronto como explotó la idea. Varias ideas. No puedo llamarlo poema porque no soy poeta, tampoco lo pude escribir en prosa, porque el efecto de las palabras se acomodó así. Empiezo el año pues, hipócritas lectores, disculpándome si no es de su agrado lo que a continuación leerán, es sólo, así de simple, el resultado de una noche de desvelo, de un año embriagado de letras femeninas.  

Dicen que estamos de moda 

Las mujeres escritoras.   

Escritoras que se hacen llamar mujeres.  

Mujeres que dieron a luz,  

tras un parto de siglos.  

Dicen que estamos locas 

Enfermas  

De                              vacíos rancios  

Que vomitamos 

De morado, de naranja 

Verde. 

Infectadas  

Sin cura ni vacuna.  

Dicen que somos el nuevo boom 

Implotando en aquellos,  

insoportables  

galardonados 

hombres con autoridad, 

¿de qué?  

Dicen que estamos cansadas  

de ser escombro 

de convidar a otros  

Que escribimos con brillantina  

rosa mexicane 

Deslumbrante  

Incómoda y potente  

Que se nos nota   

en el pelo y, 

en la cara, 

la tierra y el polvo  

el hambre y el fuego. 

Que ardemos, mujeres  

Todas  

Que hacemos arder, 

Todas  

Mujeres  

Que aventamos piedras y  

provocamos olas  

Ingobernables  

Majestuosas. 

Dicen que nuestra sal  

de negro la pintamos  

en monumentos,  

en muros y, a los muros 

les salieron hojas. 

Atemporales  

Briosas  

Serpenteantes  

Por ellas, las mujeres  

Por mí 

Todas  

Escritoras 

Penélope, Lola, Tatiana, Piedad, Liliana, Alma, Olivia, Gabriela, Laura, Mariana, Elisa, Alaíde, Irene, Itzel, Stefany, Fiorella 

Levanto la copa  

y la pluma. 

¡Bienvenido 2024! 

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