I
Semanas atrás el senador Miguel Mancera propuso “una reforma al Apartado B, fracciones I y II del artículo 123 de la Constitución Política, prevé que las jornadas que excedan estas horas serán extraordinarias y se pagarán con un ciento por ciento más de la remuneración fijada en el servicio ordinario”. La jornada diurna correspondería a 6 horas, mientras que la nocturna a un máximo de 5 horas diarias.
Miguel Mancera señaló que: “trabajar 55 horas o más a la semana aumenta en un 35 por ciento el riesgo de presentar un accidente cerebrovascular y en un 17 por ciento el riesgo de fallecer a causa de una cardiopatía isquémica, respecto a una jornada laboral de 35 a 40 horas a la semana”1.
II
México cuenta con la NOM-035-STPS-2018 factores de riesgo psicosocial en el trabajo, la misma que entró en vigor a través de dos etapas2:
- La política; las medidas de prevención; la identificación de los trabajadores expuestos a acontecimientos traumáticos severos, y la difusión de la información, entrarán en vigor este año, el 23 de octubre de 2019.
- La identificación y análisis de los factores de riesgo psicosocial; la evaluación del entorno organizacional; las medidas y acciones de control; la práctica de exámenes médicos; y los registros entrarán en vigor el 23 de octubre de 2020.
Y a todo esto, ¿cuáles son los factores que se analizan o deben tomarse en cuenta?:
- Condiciones del ambiente de trabajo.
- Cargas de trabajo.
- Control sobre el trabajo.
- Jornadas que exceden lo establecido en la ley.
- Interferencia en la relación trabajo-familia.
- Liderazgo negativo y relaciones negativas.
- Violencia laboral.
III
Recientemente el portal Códice, en su artículo “La salud mental en el trabajo3”, nos arroja unos datos que dan miedo:
- 75% de las y los mexicanos (según la OMS) padecen de fatiga por estrés laboral –una cifra por encima de países como Estados Unidos y China– colocándonos como el país que más padece dicha condición en el mundo.
- los suicidios en jóvenes de 15 a 29 años que trabajan son considerablemente más elevados que en aquellos que no laboran: 64.7% y 32.9%, respectivamente.
Otra información interesante, extraída de dicho artículo de Códice es la definición que tiene la OMS para “trabajo decente”:
- “trabajos que proporcionan un medio de vida digno, dotan de confianza y propósito a las personas, y permiten establecer relaciones positivas e incluyentes”.
Y lo contrastan con la realidad:
- “No todos los trabajos cumplen con estas características y en algunos casos pueden representar un riesgo, al tener cargas de trabajo excesivas (conduciéndonos en algunos casos al famoso burnout), sufrir acoso y violencia (la problemática del mobbing), y recibir remuneraciones inadecuadas, entre otros”.
Información que, sin duda, sirve como punto de partida e invita a la reflexión.
Es urgente que el Congreso del estado comience a legislar sobre temas de salud mental, en conjunto con el Gobierno del estado. La salud mental: ansiedad, depresión, estrés laboral y un largo etcétera son la nueva pandemia y que día a día va cobrando vidas.
Los primeros pasos, por ejemplo, es lograr que en los formatos de justificación laboral los padres también puedan tener permisos para ejercer su paternidad, ir a eventos escolares (parte de la lucha feminista); pero también urge que cada centro de trabajo cuente con un psicólogo y un médico que tengan la facultad de extender justificantes por fatiga laboral, falta de sueño y pueda detectar el desarrollo de cuadros de ansiedad y/o depresión para prevenir antes que lamentar.
Los centros de trabajo deberían estar obligados a tener un día dedicado al esparcimiento de sus trabajadores que pueda cubrirse con visitas especiales a Museos o que a sus espacios vayan algunos espectáculos escénicos.
IV
Otro campo sobre el que debe seguirse trabajando es en el acoso laboral. Éste debería estar muy castigado no sólo cuando provenga de un hombre hacia una mujer u otro hombre; sino de una mujer hacia un hombre u otra mujer.
Y cuando el acoso laboral es de alguien con más rango debería significar no sólo despido inmediato sino la inhabilitación
Incluso, pienso, debería crearse un catálogo de personas acosadoras en temas laborales.
FUERA DEL LUGAR
Recientemente la discusión del Círculo Rojo se ha centrado en los títulos universitarios y los posgrados académicos; empero, hay otros aspectos por analizar. Las oportunidades laborales son pocas y los sueldos cada día son precarios; sin importar el grado académico.
¿Cuál es el sentido de que las Universidades sigan produciendo profesionistas? ¿En verdad hay trabajo y sueldo decente? ¿No será necesario comenzar a realizar una reingeniería educativa o en su defecto crear las políticas económicas y sociales para que exista un trabajo y sueldo digno para cada uno de los habitantes de México?