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jueves, noviembre 21, 2024

El muerto al hoyo y el vivo al pollo

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Recapitulemos. 

Primer acto: un tesorero municipal de Puebla de nombre Omar Coyópol declara en la prensa —a escasos días de dejar la administración municipal a sus sucesores— que hay un faltante en las arcas de la ciudad por 680 millones de pesos. Reconoce que hay la intención de solicitar un préstamo para que los que lleguen puedan operar correctamente. 

Segundo acto: Ese mismo día, funcionarios del ayuntamiento asisten al Congreso del estado. Nadie sabe bien a ciencia cierta, qué se planteó ahí, sin embargo, entre la comentocracia y el radio pasillo dieron a conocer que fue una intentona para planchar la solicitud de un préstamo millonario. Mientras tanto, en otro lugar, el gobernador electo Alejandro Armenta declara a la prensa que le parecía incorrecto que se endeudara a la ciudad. 

Tercer acto: Adán Domínguez, aún como alcalde sustituto, desmiente a su tesorero municipal. Lo exhibe como un mentiroso. Asegura que José Chedraui Budib tiene dinero para operar porque le dejará en arcas lo suficiente para el duro invierno (The Winter is coming, Game of thrones, dixit).   

¿Quién mintió? ¿Desde cuándo los tesoreros hablan libremente y sin sustento? ¿No son los responsables del manejo del dinero de los municipios? Algo saben ¿no? ¿Fue mandado para dejar en mal a Domínguez y su grupo? 

Lo que sigue en la historia: José Chedraui asume la presidencia municipal y comienza la revisión por parte de su equipo de trabajo. El alcalde capitalino afirma en diversas entrevistas que efectivamente hay un faltante. Algo no está cuadrando e incluso llaman a un despacho externo para hacer las auditorías convenientes. Cada día que pasa, sale a relucir algún gasto millonario de la anterior administración que no estuvo justificado, desde tortas, hamburguesas, aguas, cafés y todo en cantidades millonarias o en miles de pesos.   

El nuevo tesorero municipal, Héctor Romay González, salió recientemente a declarar que no había dinero para pagar la renta de cámaras de seguridad. El alcalde actual, ante esa información, dio a conocer que negoció un acuerdo para que ese servicio no falte en la ciudad y es por ello que no se canceló por falta de pagó, o como decían antes en Telmex: “por exceso de pago”. 

Adán Domínguez reapareció el fin de semana pasado acusando un “golpeteo político”, el problema es que de ser cierta esta percepción, tendría que incluir a su propio partido político porque por “golpeteo político” como afirma, el grupo que gobierna Acción Nacional lo bajó de la candidatura a la dirigencia estatal y en su lugar puso a su subalterno, Felipe Velázquez, quien fuera el encargado, vaya cosa, de tapar los baches y hoyos en las calles de Puebla. 

La administración municipal de Rivera-Domínguez (2021-2024) es la más cuestionada en la reciente historia de Puebla. Falta ver quién fue el responsable del faltante si Rivera en los dos años que gobernó o si todo se vino abajo en el último año de gobierno de Adán Domínguez. 

Fueron los propios panistas los primeros en reconocer el socavón financiero (en Puebla todos los boquetes se miden por la módica cantidad de 600 millones de pesos, maldita coincidencia) y todo indica que fueron ellos quienes filtraron la intención de contratar un crédito y fueron ellos quienes se desmintieron así mismos. 

¿Qué va a pasar? 

Seguramente habrá denuncias penales por daño al erario.  

Habrá defensas.  

Eduardo Rivera cuenta con que ya es miembro del CEN de su partido y seguramente controlará al nuevo dirigente estatal en la figura de Felipe Velázquez —experto en tapar hoyos—. Ahí tendrá el espacio para negociar y tapar alguna que otra cañería. 

Hay dos chivos expiatorios: Adán Domínguez y Omar Coyópol. 

El primero es su cuate y por ende lo defenderán. El segundo pues tendrá que explicar cómo es que afirmó que hay 680 millones faltantes. 

Mientras todo esto ocurre, hay que decirlo como es, se nota el buen tino de Pepe Chedraui en sus pocos días de gestión municipal, tener de apoyo a Carlos Slim Helú para reconstruir y embellecer aún más el Centro Histórico de Puebla, como se dio a conocer ayer, es un plus que no habíamos visto hace años. 

Pero esa ya es otra historia.  

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