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jueves, noviembre 21, 2024

La trampa de la certidumbre de Ilana Redstone

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El libro de Ilana Redstone ofrece una discusión oportuna en nuestra era marcada por discursos polarizados, rigidez intelectual y absolutismo moral. Redstone, profesora asociada de sociología en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, aprovecha su formación académica para explorar los mecanismos cognitivos y sociales que alimentan el pensamiento dogmático, impulsando a los lectores hacia un enfoque más reflexivo y abierto en relación con los problemas complejos. Su argumento central es que nuestra tendencia colectiva hacia la certeza, especialmente en temas sociales y políticos polémicos, socava la posibilidad de diálogo significativo y comprensión mutua.

El libro está dividido en dos partes principales. La
primera explora la naturaleza de la certeza y sus peligros: cómo los seres humanos están psicológicamente inclinados a buscar respuestas definitivas, a
menudo a costa de una comprensión más matizada.
Redstone ilustra cómo nuestras creencias no solo
están moldeadas por la evidencia, sino también por
la dinámica de grupo, el sesgo de confirmación y
la inversión emocional. Argumenta que la certeza
a menudo opera como una “trampa” porque nos atrae hacia una falsa sensación de seguridad, cegándonos ante la complejidad de la realidad.

Redstone es particularmente hábil al mostrar
cómo este fenómeno se manifiesta en el panorama político polarizado actual, donde se anima a las personas a adoptar posturas firmes sobre temas
como la política identitaria o el cambio climático
sin comprometerse plenamente con los méritos de
las visiones opuestas. Sin embargo, tiene cuidado
de no apoyar el relativismo moral. En cambio, aboga por una postura más “epistémicamente humilde”, donde el reconocimiento de la incertidumbre
se convierte en una herramienta para la toma de decisiones más productiva y ética.

La segunda parte del libro es más prescriptiva y
ofrece estrategias para escapar de la “trampa de la
certeza”. Aquí, Redstone se basa en su experiencia
tanto en el ámbito académico como en iniciativas
de discurso público, como su participación en la
Heterodox Academy”, para proponer un marco que
fomente la humildad intelectual. Entre sus recomendaciones están la escucha activa, hacer mejores preguntas y cultivar una mentalidad de curiosidad
en lugar de defensividad. Invita a los lectores a alejarse del impulso tribalista de pensar en términos de “nosotros contra ellos” y, en su lugar, a priorizar
objetivos compartidos, incluso en medio del desacuerdo. Esto no es solo una observación sociológica; es un poderoso llamado a recalibrar cómo abordamos el diálogo en cada aspecto de la vida pública.

El libro de Redstone se destaca no solo por su
prosa clara y estilo accesible, sino también por la
rigurosidad de su enfoque interdisciplinario. Al entrelazar conocimientos de la sociología, la psicología y las ciencias políticas, ofrece una comprensión
más integral del papel de la certeza en la vida social. Desde una perspectiva sociológica, su análisis contribuye a la conversación sobre cohesión social,
política identitaria y toma de decisiones colectivas en las sociedades democráticas. Su atención a la dinámica de grupo es crucial: muestra cómo los
individuos son empujados hacia la certeza debido
a las recompensas sociales—estatus, pertenencia,
validación—que conlleva alinearse con un “bando” particular.

Además, su discusión sobre la “epistemología tribal” ofrece una explicación matizada de por qué el discurso público se ha vuelto tan combativo. Explica que, en el entorno mediático actual, saturado de información, los hechos no se evalúan por su mérito
objetivo, sino por si se alinean o no con las creencias del grupo ideológico al que uno pertenece. En este sentido, La trampa de la certidumbre dialoga
directamente con el interés sociológico sobre cómo
se construye, valida y arma el conocimiento en la
sociedad contemporánea.

Una de las contribuciones más profundas del libro es su potencial para influir no solo en el discurso académico, sino también en las políticas públicas y
la educación. Al promover la humildad intelectual
y la incertidumbre como virtudes, en lugar de defectos, Redstone desafía a las instituciones—escuelas, medios de comunicación, organizaciones políticas—a repensar cómo presentan la información y fomentan el pensamiento crítico. En el aula, por
ejemplo, los educadores podrían utilizar las estrategias de Redstone para cultivar estudiantes más abiertos a la ambigüedad y menos inclinados hacia el absolutismo.

A la luz de los debates actuales sobre la libertad
de expresión, la “cancel culture” y el papel de la disidencia en las sociedades democráticas, el libro de Redstone se siente especialmente relevante. No se
limita a diagnosticar el problema; ofrece una hoja
de ruta para avanzar. Sin embargo, la aplicación
práctica de sus ideas puede no ser tan sencilla. Si
bien La trampa de la certidumbre aboga por la apertura de mente, el entorno mediático actual—y el panorama sociopolítico en general—está estructurado de manera que recompensa la certeza y penaliza a aquellos que expresan dudas o consideran
puntos de vista opuestos. Este dilema estructural
apunta a la necesidad de reformas institucionales
más amplias que se alineen con la visión de Redstone, particularmente en los ámbitos de la educación y el periodismo.

Un resumen del libro ofrecido por los editores nos
aclara del todo. Cuando caemos en la trampa de la
certeza, tendemos a ver a las personas que no están
de acuerdo con nosotros como odiosas, ignorantes
o simplemente estúpidas. En particular, cuando se
trata de temas sociales y políticos candentes, muchos de nosotros conocemos bien esta sensación: un estado consumido por la indignación moral y la
justicia propia. Esta respuesta tiene sentido porque
nuestra propia certeza nos dice que hay causas y
soluciones simples y obvias para los temas controvertidos que más nos importan. Pero las cosas que nos importan profundamente son, en la mayoría de
los casos, moral y éticamente complejas. Si los problemas que nos dividen son inherentemente complicados, entonces la idea de que las respuestas son
obvias—y que cualquiera que discrepe está de alguna manera en falta—es equivocada.

Es una simplificación excesiva que tanto conduce como refleja un
pensamiento defectuoso. Cuando estamos seguros
de algo, no solo dejamos de reconocer la posibilidad de estar equivocados, sino que también fallamos en ser claros sobre los principios y valores que
impulsan nuestro desacuerdo desde el principio.

Al comprometernos a cuestionar y aclarar nuestro
pensamiento—evitando la trampa que la certeza
nos tiende—podemos aumentar la confianza social,
reducir la polarización política y abordar mejor los
desafíos urgentes del mundo.

Ilana Redstone ofrece una crítica convincente del
dogmatismo intelectual y proporciona herramientas valiosas para cultivar un enfoque más reflexivo y abierto hacia los problemas urgentes de nuestro
tiempo. Su metodología interdisciplinaria y su escritura accesible hacen de este libro una obra que resonará tanto con académicos como con el público
en general. Al invitarnos a abrazar la incertidumbre, Redstone no está abogando por la pasividad o la ambigüedad moral, sino por una forma más profunda y comprometida de pensar que tiene el potencial de transformar tanto las vidas individuales
como la toma de decisiones colectivas. En definitiva, La trampa de la certidumbre es una contribución central para facilitar las discusiones contemporáneas sobre la verdad, el diálogo y el futuro de las sociedades democráticas.

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