El alcalde Eduardo Rivera Pérez cayó en una contradicción al presumir una baja en la percepción de la inseguridad de 17.1 por ciento en la ciudad de Puebla al mes de septiembre de 2022, pero haber desestimado el incremento de 11.3 por ciento en la anterior Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Ayer, el munícipe presumió que la percepción de inseguridad en la Angelópolis bajó de 87.1 a 70 por ciento de junio a septiembre de este año; sin embargo, omitió recordar que cuando las cifras no le favorecieron en el anterior estudio, justificó que la encuesta del INEGI no era representativa, toda vez que solo tomaba en cuenta la opinión de 300 personas.
Cuando se publicó dicho estudio, Rivera Pérez desestimó el documento al señalar que los resultados sobre la pésima percepción de inseguridad eran consecuencia de dos hechos en concreto: el feminicidio de la abogada y activista Cecilia Monzón y la balacera en el centro de salud Francisco I. Madero, hecho en el que cuatro personas resultaron lesionadas por un ajuste de cuentas entre bandas criminales que se disputan la plaza de narcomenudeo en mercados como La Cuchilla.
“La encuesta que realiza el INEGI en Puebla capital solamente son 300 entrevistas y es una metodología que realizan al mismo grupo de personas durante cuatro periodos.
“No somos ajenos a la situación nacional que vivimos de las noticias, de los escándalos que a veces provocan delitos de alto impacto, de los cuales tampoco Puebla ha sido ajeno, como el asesinato de la activista o el caso que se dio en el centro de vacunación y seguramente estos dos casos en específico fueron los que influyeron en la percepción y la opinión de las personas que fueron encuestadas”, justificó en julio pasado.
Este martes, el discurso cambió totalmente, luego de que el edil aseguró que las cifras del ENSU sí son fidedignas e inclusive reflejan el “buen trabajo” de los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y las actividades de prevención del delito.
“Mi reconocimiento al trabajo de los agentes por esta reducción en la percepción de seguridad, lo cual es un parámetro interesante, pero reconozco que tenemos que seguir trabajando más”, sostuvo.
Lo que olvidó remarcar es que en la ciudad de Puebla, 7 de cada 10 personas se siguen sintiendo inseguras al salir a las calles y las cifras son similares a otros sitios considerados de alta peligrosidad como Iztapalapa, en la Ciudad de México, donde 69.6 por ciento de los habitantes se percibe inseguro en su entorno, mientras que en Tijuana es de 75.6 y en Acapulco, de 71.8.
Además, la percepción de inseguridad no ha mejorado en comparación de cuando Eduardo Rivera rindió protesta como alcalde de Puebla, toda vez que, en septiembre de 2021, el porcentaje de personas que tenía temor a ser víctima de un delito era de 68.8 por ciento y hoy es de 70.
Al tercer trimestre de 2022, en la ciudad de Puebla 33.1 por ciento de las personas encuestadas sigue expresando que ha experimentado conflictos o enfrentamientos en sus colonias, ya sea con vecinos, desconocidos en la calle o con las autoridades por problemas como el ruido, la basura o el indebido uso de estacionamientos.
MALA PERCEPCIÓN DEL GOBIERNO MUNICIPAL
Lo que más sobresale en la encuesta ENSU es el desempeño gubernamental, rubro en el que 7 de cada 10 personas considera poco efectivo al gobierno de la ciudad que lidera Eduardo Rivera para resolver las principales problemáticas que los aquejan.
El estudio ENSU tiene un nivel de confianza de 90 por ciento en los resultados, con errores relativos acotados a 15 por ciento y con una tasa de no respuesta de 15 por ciento. En el tercer trimestre de 2022, la tasa de respuesta neta total fue del 87.47 por ciento.
El estudio demoscópico fue aplicado a 27 mil viviendas entre el 29 de agosto y el 15 de septiembre de 2022 con entrevistas cara a cara mediante dispositivos electrónicos.
