La 4T poblana comenzó con el derrumbe de los elefantes blancos del morenogalismo. El primero en la lista es el Tren Turístico Puebla-Cholula, una atracción que nunca cumplió con sus expectativas, obligó a la apertura de una carpeta de investigación por presuntos actos de corrupción en su implementación y, sobre todo, es financieramente inviable en su operación.
El director Carretera de Cuotas, Juan Carlos Moreno Valle Abdala, explicó que este transporte tuvo una inversión de mil 547 millones de pesos, sin embargo, esta cifra superaba el estimado de presupuesto que se tenía para su ejecución, que era de máximo mil millones de pesos.
La inversión fue realizada entre 2015 y 2017 al inicio de sus operaciones. Del recurso utilizado y reportado ante las instancias correspondientes, el 69 por ciento fue destinado a través de adjudicaciones directas. Otro 23 por ciento en licitaciones públicas, mientras que el 4 por ciento fue por invitaciones, cifra que fue para los derechos de importación de trenes.
Moreno Valle Abdala explicó que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) asignó la modalidad de operación especial turística cuando comenzó su operación por lo que era imposible que hiciera paradas en puntos intermedios, ya que su recorrido era del Museo de los Ferrocarriles a la zona arqueológica de Cholula; concretamente a un costado del cerro de Los Remedios, derrotero que mantendría por 30 años.
Inicialmente, abundó, cada viaje tendría un costo de 30 pesos para los pasajeros locales y 60 pesos para turistas, pero a fin de incentivar que más usuarios visitará la atracción, el proyecto fue gratis desde 2019, año en el que se tuvo el mayor registro de afluencia de su historia con más de 161 mil pasajeros, pero sin ninguna ganancia para la recuperación de la inversión.
El funcionario detalló que para tener un equilibrio financiero anualmente debían ingresar al menos a un millón 453 mil pasajeros, todos con boleto pagado; pero la gratuidad del proyecto generó que el impacto económico fuera mayor para el gobierno del estado que subsidiaba más de 55 millones al año para este fin, ya que cada pasajero costaba mil 547 pesos.
ALTO COSTO, CERO RESULTADOS
Apuntó que actualmente se pagan 4 millones 872 mensuales por la operación y mantenimiento, a través de un convenio que se hizo de manera anual y concluye el 31 de diciembre. Mientras que a Ferrosur se le paga 260 mil pesos por el derecho de vía, situación por la que se concluyó que no es viable que se mantenga en funciones para el siguiente año.
Ante esto señaló que la Agencia Francesa de Desarrollo destinará 700 mil euros para definir estrategias de solución a fin de determinar el destino definitivo de esta obra, además de que los vagones se quedarán en resguardo del gobierno del estado en el Museo de los Ferrocarriles.
“Los dos vagones se quedan en la estación de Puebla, pegado al Museo de los Ferrocarriles. Mantendremos seguridad y el resguardo pasa al control del gobierno del estado; se hace un acta de entrega recepción con la presencia de la Función Pública y queda bajo nuestro resguardo”, apuntó.
El Tren Turístico fue uno de los proyectos que el morenovallismo realizó con el objetivo de que tuviera importantes resultados en materia turística, social y comercial, aunque hasta la fecha ninguna de las obras ha recuperado una fracción de lo que se invirtió.
Junto con la Estrella de Puebla, Ciudad Modelo y el Museo Internacional del Barroco, son los elefantes blancos del morenovallismo que la administración actual tratara de corregir para que deriven en un fin social y productivo que no afecte más las finanzas del Gobierno del estado.