Staff HL
Existen cosas que no son visibles a los ojos. Además de las ideas, sabemos que la interpretación de una obra de arte podría quedar sujeta a la comprensión que el espectador tenga de esa realidad.
Roland Barthes le llama la muerte del autor pero, ¿qué pasa cuando una pintura no puede ser vista por el espectador que le tiene que dar vida para que la muerte del autor cobre sentido?
Quizás haya un suspenso, un vacío. Si aquella persona dedicada a catar la obra no la puede ver. ¿Qué será del artista? Habiéndose arrojado al precipicio para dejar las manchas con todo lo que debía ser expresado en su lienzo y dejar algunas gotas de tinta roja todavía latiendo. Si el espectador no puede darle vida a esa obra, entonces no existe ni la pintura, ni el autor. Y aquel espectador que se perdió la dicha de interpretar, se queda sin la maravillosa oportunidad de conocer una parte de sí mismo.
Tatiana Bernaldez conoció el primer mural de Raf Rossell antes de conocerlo a él, años más tarde juntarían sus trabajos y proyectos para darle vida a una idea que se alimentó por cinco años. Inició en el Caribe mexicano, ambos migrando como suelen hacer muchos jóvenes en la posmodernidad. Por casualidades del destino, coincidieron en Colima, donde Raf Rossell pintaría sus siguientes murales después de una buena racha en el caribe.
En ese mismo lugar, cerca de la costa del Océano Pacífico, Tatiana impartiría su primera ponencia académica en la Universidad Autónoma de Colima. Posteriormente, las cosas inexplicables de la vida los llevaron a vivir en la misma Alcaldía en la Ciudad de México. Coincidencia suficiente que facilitó las reuniones entre cafés y servilletas rayoneadas, donde trazarían por primera vez lo que hoy en día los ha llevado a ser referentes del Muralismo Latinoamericano y Mexicano en España.
En el año 2018, Raf Rossell y Tatiana pintaron su primer mural incluyente que plasmaba una mujer indígena con la vestimenta tradicional en Huauchinango, Puebla. Pues el dueto funciona de la siguiente manera: Tatiana, con su experiencia por los viajes que hizo por América Latina donde conoció más de 60 comunidades indígenas en donde vivió, es la encargada del trabajo etnográfico y antropológico de lo que Raf Rossell va a pintar con su impecable técnica de realismo en aerografía. Algo así como los tlamatini y tlacuilos del mundo prehispánico. Sus murales tienen una carga fuertemente cultural e histórica. La sorpresa fue que el mural de Huauchinango, rápidamente había sido valorado por la comunidad, quienes generaron comercio local y lo volvieron icono del municipio en los souvenirs de la Ciudad.
Dos meses después, con el Mural de Huauchinango ya habían ganado la Mención Honorífica del Premio Iberoamericano de la Juventud en Madrid, España. En esa ocasión no pudieron ir por su reconocimiento, pues desde el primer momento participaron como independientes, incrementando el valor de lo reconocido al haber competido con empresas como Microsoft, Nestlé, Movie Star y Telefónica. La categoría fue Arte en Común.
En ese año viajaron a Colombia para pintar en comunidades indígenas, obras que ayudarían en los procesos pedagógicos en la lengua materna.
Hicieron un viaje por vía terrestre desde Ciudad de México a Guatemala para pintar en la Biblioteca Comunitaria de un pueblo Maya Quiché en Sololá. Al regresar a México al inicio del año 2020, fueron convocados para pintar en Tlaxcalantongo, Xicotepec, Puebla. Unos meses después de la pandemia, el mismísimo presidente de México: Andrés Manuel López Obrador inauguraría su mural El vuelo Férreo de Carranza en el sitio exacto de la muerte de este personaje histórico.
Después de haber sido difundidos en medios de comunicación local y nacional, Puebla cobijó su proyecto innovador que llevaban años asentando: El Primer Mural Incluyente que consiste en: Una obra pictórica en gran formato, pintada en realismo y utilizando al cien por ciento la técnica de la aerografía. Algo inusual si se trata de pintura con temática cultural, además de ser una técnica muy poco ocupada al cien por ciento en murales debido a la complejidad que conlleva.
El mural sigue los principios de lo que el gremio Arte Tiempo Textil llama “La nueva estética Latinoamericana”, pues no son nuevos en este postulado, durante los cinco años de trabajo han dado cinco conferencias sobre El Muralismo mexicano y la nueva estética Latinoamericana en Congresos de Diseño Social y Diseño de Investigación en México, Colombia y Argentina, dejando artículos académicos como testimonio de su propuesta.
Otra característica es que los murales tienen alto sentido histórico-cultural por medio de metáforas simbólicas y algunas otras figuras retóricas para interpretar.
En su proyecto hay una réplica del mural en una escultura de alto y bajo relieve que puede ser tocada por personas con debilidad y discapacidad visual. Tiene una placa en braille y otras en lenguas indígenas, audios dramatizados con la explicación narrada en español y en la lengua indígena de la región.
Texmollocan: Camino de no retorno es el nombre del mural que contiene todas estas características y donde los autores por fin, decidieron lanzarse al precipicio para dejar a la interpretación de más personas, que con dificultades culturales o físicas, puedan darle vida a la obra y no nada más eso; como mencionó Ricardo García traductor en braille y primer poseedor de este mural, “no sólo nos dan la oportunidad de saber y degustar lo que está pintado, también nos enseñan sobre historia; gracias por llevar la historia a la gente que no podemos leerla”.
Hoy, los vientos llevaron el Primer Mural Incluyente que Raf Rossell y Tatiana Bernaldez realizaron en Puebla a otro continente, pues la Secretaría de Turismo de Salamanca, España, en la Plaza Mayor está exhibiendo un panel turístico con el Primer Mural Incluyente donde la figura soberbia de Hernán Cortés, Malinalli y Jerónimo de Aguilar señalan Puebla, México y su historia durante el Virreinato.
Impreso casi en la medida original (14 por 3 metros), Fernando Castaño, concejal de Turismo, quien afirma que Salamanca fue la cuna de la globalización, supo apreciar la obra de estos grandes artistas, pues el mural será exhibido varios meses en la Plaza Mayor de Salamanca, donde pasearon Unamuno, Miguel de Cervantes, Cristóbal Colón e incluso el sitio donde Hernán Cortés estudió y formó las herramientas legales para emancipar en la Nueva España.
Durante el marco de la celebración del Siglo de Oro Español, dos jóvenes y artistas mexicanos están demostrando que el arte debe ser para todos y la historia se puede contar de múltiples maneras. Miles de turistas ya se están tomando fotografías en el imponente panel impreso en los portales de la enorme plaza que iluminada regala una luz en medio de la oscuridad para quienes no puedan ver la obra, pero sí sentirla.