Las protestas contra las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Estados Unidos se intensificaron este martes, alcanzando las ciudades de Austin y Dallas, Texas. Estas manifestaciones se suman a los disturbios ocurridos previamente en Los Ángeles y otras zonas del país, en respuesta a los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
En Austin, cientos de personas se congregaron frente al Capitolio estatal y marcharon hasta el edificio federal J.J. Pickle, donde se ubica una sede de ICE. La protesta se tornó violenta cuando un grupo lanzó piedras y grafitis contra el inmueble, lo que provocó una respuesta con gas lacrimógeno y pimienta por parte de la policía.
Las autoridades confirmaron cuatro policías heridos y más de diez personas detenidas, acusadas de agresión y daños a propiedad federal.
En Dallas, cerca de 400 manifestantes se reunieron en el puente Margaret Hunt Hill, expresando su rechazo a las redadas. Aunque en su mayoría fue una manifestación pacífica, se reportaron algunos enfrentamientos con la policía, una detención y uso limitado de gas pimienta para contener intentos de bloqueo vial.
Las manifestaciones forman parte del movimiento nacional “No Kings”, que ha llamado a una nueva jornada de protestas para el sábado 14 de junio, en coincidencia con el desfile militar del presidente Donald Trump en Washington. La fecha también marca el primer “Día de la Libertad” proclamado oficialmente por su administración.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió en su cuenta de X que:
“Protestar pacíficamente es legal, pero al cruzar la línea, habrá arrestos”.
Abbott ha respaldado públicamente a ICE y reforzado la presencia de fuerzas de seguridad en zonas fronterizas y sedes federales del estado.
Las protestas llegan en medio de creciente tensión migratoria. En Los Ángeles, redadas recientes han incluido apoyo de la Guardia Nacional y marines, con denuncias de arrestos a migrantes con residencia legal, lo que ha encendido las alarmas de organismos de derechos civiles y comunidades latinas.
Organizaciones advierten que el endurecimiento de la política migratoria puede derivar en una crisis humanitaria, si no se garantiza el debido proceso legal y el respeto a los derechos fundamentales de los migrantes.
