Damasco fue escenario este miércoles de una serie de ataques aéreos dirigidos contra el Ministerio de Defensa, atribuidos al ejército israelí. La ofensiva ocurre tras varios días de enfrentamientos en Sweida, ciudad al sur de Siria, de mayoría drusa, donde se han reportado centenares de muertos.
Reporteros de Reuters confirmaron haber escuchado cazas sobrevolando la capital siria y el estallido de múltiples explosiones que cubrieron el centro de la ciudad con densas columnas de humo. Una de ellas se elevaba directamente desde el complejo del Ministerio de Defensa.
Israel no ofreció comentarios inmediatos, pero medios estatales sirios atribuyeron los bombardeos al país vecino. Horas antes, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había advertido sobre la inminencia de “golpes dolorosos” si las fuerzas gubernamentales sirias no se retiraban de Sweida.
Los ataques israelíes serían una respuesta a la violencia reciente en el sur de Siria, donde la comunidad drusa ha denunciado ataques del gobierno y enfrentamientos con tribus beduinas. Israel ha justificado sus acciones con el argumento de proteger a esta minoría, que también tiene presencia significativa dentro de sus propias fronteras.
Un residente de Sweida, contactado por teléfono, describió un ambiente de terror. “Estamos rodeados y oímos los gritos de los combatientes. Intentamos mantener a los niños callados para que nadie nos oiga”, relató bajo anonimato.
Fuentes de seguridad sirias informaron que drones habían impactado en el Ministerio de Defensa, obligando a funcionarios a refugiarse en los sótanos del edificio. La televisión estatal Elekhbariya reportó que al menos dos civiles resultaron heridos.
El ejército israelí confirmó haber “golpeado la puerta de entrada del complejo del cuartel general militar del régimen sirio” y aseguró que continuará atacando objetivos militares, incluidos tanques y camionetas armadas que se dirigen a la región en conflicto.
La cifra de víctimas varía según las fuentes. La Red Siria de Derechos Humanos reportó 169 muertos, mientras fuentes de seguridad elevaron el número a más de 300. Reuters no ha podido verificar estos datos de forma independiente.
Ante la situación el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, expresó su preocupación por la escalada de violencia. “Queremos que los combates cesen”, declaró desde una conferencia junto a su homólogo de Baréin.
El conflicto en Sweida estalló tras el secuestro de un comerciante druso, lo que desencadenó una cadena de raptos y choques armados entre combatientes drusos y tribus beduinas sunitas. Las fuerzas gubernamentales fueron desplegadas posteriormente, generando tensiones con los propios drusos.
El presidente interino de Siria, Ahmed al-Sharaa, enfrenta ahora una de las pruebas más difíciles desde su nombramiento. A pesar del acercamiento diplomático con Estados Unidos, los enfrentamientos internos y la reacción internacional agravan la ya frágil situación en el país.