En Puebla, la jornada electoral para la renovación nacional del Partido Acción Nacional (PAN) dejó al descubierto la escasa base militante del excandidato Eduardo Rivera Pérez, quien apoyó a Jorge Romero, vencedor de la contienda.
Este domingo, 10 de noviembre, se llevó a cabo la votación en el estado donde la participación fue notoriamente baja, lo que subraya el limitado respaldo de la militancia y refleja el mal momento por el que atraviesa el partido a nivel local.
A nivel nacional, Romero Herrera fue proclamado ganador con un triunfo que parecía arrollador, al obtener cerca del 80 por ciento de los votos. Sin embargo, los resultados en Puebla apuntan a que esa victoria tiene más de espejismo que de consolidación.
La Comisión Nacional Organizadora del Proceso Interno reportó que solo 42 por ciento de los militantes poblanos, es decir, poco más de 9 mil de los 21 mil 578 afiliados, acudieron a votar. De estos, Jorge Romero logró 7 mil 24 votos, en tanto, Adriana Dávila solo obtuvo 2 mil 58, y 106 fueron votos nulos.
El descalabro de Rivera fue igual evidente en la capital, donde Jorge Romero obtuvo 899 votos, frente a los 238 de Adriana Dávila, con 16 votos nulos.
Sin embargo, los resultados en varios municipios del interior del estado mostraron un apoyo considerable a Adriana Dávila, lo que evidenció aún más la fragmentación del voto y la falta de cohesión en el grupo de Eduardo Rivera.
En San Martín Texmelucan, Dávila obtuvo 111 votos, mientras que Romero apenas alcanzó 57. En Acatlán de Osorio, Romero sumó solo seis votos, lo que subraya la incapacidad de Rivera para organizar su base en regiones clave del estado. Estos resultados demuestran que, a pesar del respaldo de algunos liderazgos importantes, el proyecto de Rivera no logró consolidar una fuerza política unificada ni en la capital ni en el interior de Puebla.
ELECCIÓN EN PUEBLA CAPITAL
En Puebla capital, el proceso electoral se desarrolló en un único centro de votación, ubicado en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (Cenhch). La jornada se desarrolló en un contexto de profunda división dentro de la militancia panista en el estado. Por un lado, el grupo liderado por Eduardo Rivera, que respaldaba a Jorge Romero Herrera; y por otro, los partidarios de Adriana Dávila Fernández, considerada quizá como la opción más fresca dentro del PAN nacional.
La votación comenzó a las 10:00 horas en Puebla, concluyendo sin incidentes a las 17:00 horas con el cierre de las urnas. En el interior del estado, también se habilitaron más de 100 centros de votación para atender a una militancia de 21 mil 578 afiliados en el estado.
En el centro capitalino se instalaron 10 mesas de votación que permanecieron activas durante toda la jornada. Sin embargo, la afluencia de militantes fue escasa, y la mayoría de las mesas se mantuvo desocupada.
En la capital, la presencia de figuras destacadas del PAN fue notoria, principalmente del grupo liderado por Eduardo Rivera Pérez, acompañado por el exalcalde Adán Domínguez Sánchez y la actual dirigente, Augusta Díaz de Rivera.
Al lugar también llegaron el exdiputado federal Mario Riestra Piña, el exsenador Javier Lozano Alarcón, la exdirigente Genoveva Huerta, así como el diputado local Rafael Micalco y la exlegisladora Mónica Rodríguez Della Vecchia.
RECURREN AL ACARREO
La movilización de votantes fue otro aspecto que marcó la jornada en Puebla. Durante todo el día, se observaron microbuses que trasladaban grupos de entre 20 y 30 personas desde distintos puntos de la ciudad. La mayoría de los asistentes fue llevada para apoyar a Jorge Romero Herrera, aunque muchos desconocían los detalles del proceso o incluso a los propios candidatos.
Una de las coordinadoras, que prefirió mantenerse en el anonimato, declaró a Hipócrita Lector ——mientras acompañaba a un grupo de la junta auxiliar de Santo Tomás Cuautla— que habían llegado alrededor de 25 personas desde dicha localidad y que se les había indicado apoyar a Jorge Romero.
Reconoció que, aunque no conocían a todos los candidatos, algunos solo lograban identificarlos al ver sus nombres en la boleta, reflejando así la falta de familiaridad de votantes con los contendientes.
Sobre lo ocurrido este domingo, líderes panistas opositores como Mónica Rodríguez Della Vecchia lamentaron que la apatía de la militancia fuera tan notoria: “miren hoy como está la participación, pues eso habla del descontento de los panistas”, expresó.
La jornada electoral dejó al descubierto no solo la inclinación de votos, sino también las estrategias de movilización y las deficiencias en la organización del partido por parte de Eduardo Rivera, en un momento crucial en que el PAN busca mantener su relevancia y cohesión frente a sus adversarios políticos.