Un entusiasmo especial se observaba en las calles del Centro Histórico de la capital del país. El Museo de la Ciudad de México, un espacio que suele albergar exposiciones de arte y cultura, se transformó por unas horas en un antro de rock. Se presentaban los mismísimos Caifanes, una de las bandas más icónicas de México, que, a pesar de llevar más de 35 años de trayectoria, sigue siendo un referente indiscutible del rock en español.
El motivo era claro y emotivo: celebrar junto a Guillermo Briseño el 18 aniversario de la Escuela de Rock a la Palabra, la cual dirige, un proyecto que ha marcado un antes y un después en la formación musical en México. Esta escuela, nacida del sueño de Briseño, se ha consolidado como un semillero de talentos y un espacio donde el rock, más que un género, se vive como una filosofía y una herramienta de expresión crítica.
Vestidos de mezclilla negra, como si el código de vestimenta no escrito del rock se hubiera transmitido de manera natural, los asistentes se congregaron en el Museo de la Ciudad de México. Entre ellos, se encontraban representantes de medios de información, músicos de bandas consolidadas e integrantes de la comunidad de la Escuela de Rock a la Palabra.
Todos acudieron puntuales al recinto, conscientes de que esa mañana no era solo un evento más, sino una celebración cargada de historia y significado. Estaban allí para escuchar las actividades planeadas para la celebración y para rendir homenaje a una institución que, durante 18 años, ha sido el bastión de la música crítica y creativa en el país.
Briseño dio a conocer el programa de actividades de largo aliento para celebrar el 18 aniversario de la escuela. Las festividades comenzarán con un Taller Experimental para Voz, dirigido por reconocidas artistas como Hebe Rosell, María Veras y Verónica Ruíz. Este taller, programado para el 19 de septiembre, está diseñado para explorar las posibilidades vocales y creativas de los participantes, fusionando técnica y expresión artística en un entorno colaborativo.
Otra de las actividades destacadas será la exposición de Instrumentos Musicales Ancestrales a cargo del artista Samuel Morrison, que se llevaría a cabo el 14 de octubre. Esta exposición no solo muestra la diversidad y riqueza de los instrumentos tradicionales, sino que también conecta el pasado con el presente, subrayando cómo estos sonidos primigenios siguen influyendo en la música contemporánea.
El 23 de noviembre, la celebración alcanzaría uno de sus puntos más altos con una colaboración especial entre la escuela y la compañía Cirko de Mente. En esta ocasión, tres alumnos y un profesor de la escuela se integrarían a la función Rampante, en la cual la fusión de música y circo llegarán a la Karpa de Mente, un espectáculo que promete ser un despliegue de creatividad y talento interdisciplinario.
Para 2025, la escuela ya tiene contempladas más actividades conmemorativas. En enero, se impartirá una cátedra por el filósofo Carlos Lenkersdorf; en febrero, una charla con el pianista Héctor Infanzón; en marzo, un cuarteto de cuerdas participará en la celebración simultánea del 45 aniversario del Centro Cultural Ollin Yoliztli, y en abril se publicarán décimas espinelas creadas en clase en México y España. Finalmente, en mayo, un concierto de aniversario reunirá a alumnos y exalumnos para cerrar con broche de oro las actividades por el 18 aniversario de la escuela.
Briseño, quien no solo ha sido el motor detrás de la escuela, sino también su director desde su creación, subrayó la importancia de continuar fomentando el talento joven a través de espacios como este. Destacó cómo la Escuela de Rock a la Palabra ha logrado convertirse en un referente, no solo en la enseñanza musical, sino también en la formación de individuos críticos y reflexivos que encuentran en la música un medio poderoso para comunicar sus ideas y emociones.
REPASAN UNA ETAPA DEL ROCK MEXICANO
Aunque no hubo música en vivo, Briseño, con la nostalgia en la voz, aprovechó la ocasión para recordar los inicios de dos de los invitados especiales, Saúl Hernández y Diego Herrera, quienes ahora son figuras emblemáticas del rock mexicano. Recordó la época en que ambos músicos comenzaban sus carreras en los primeros años de la década de los 80. Saúl Hernández, por aquel entonces, formaba parte de “Las Insólitas Imágenes de Aurora”, mientras que Diego Herrera tocaba con el grupo “Palmera”.
Briseño evocó con cariño cómo, de alguna manera, había brindado apoyo y guía a estos jóvenes talentos cuando el rock en México apenas comenzaba a encontrar su voz; sin embargo, no había una escuela que les ayudara a mirar hacia dónde avanzar. Palmera, en particular, destacó por su participación en uno de los primeros concursos de rock que se organizaron en el país a principios de los 80, un evento que marcó el inicio de lo que sería una larga y fructífera trayectoria para Herrera.
Recordó también que luego de la masacre de estudiantes de 1971, conocida como “El Halconazo”, la música de rock en nuestro país vivió una época de silencio. Sería Briseño, con sus conciertos en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien rompería la proscripción del rock en el país hasta que apenas unos años después se comenzó a dar el fenómeno masivo que abanderó Caifanes.
Desde su formación, Caifanes ha jugado un papel fundamental en el movimiento de rock en español, influyendo en bandas posteriores y consolidándose como una de las agrupaciones más importantes en la historia de la música mexicana, circunstancia por la que Briseño decidió invitar a sus integrantes, que tocarán en la Ciudad de México el fin de semana. En ese concierto participará Briseño con su piano.
Aunque les preguntaron por una nueva presentación en el Zócalo, tanto Saúl y Diego como Argel Gómez Concheiro, encargado de la Secretaría de Cultura de la CDMX, se echaron la bolita, el funcionario dijo que, si los músicos se animan a tocar gratis, el espacio es de ellos. A lo que sí se comprometieron los integrantes de Caifanes fue a visitar la escuela del rock con motivo de su aniversario.
TODOS SOMOS FANS
Cuando comenzó la sección de preguntas y respuestas, la atmósfera formal de la conferencia de prensa dio un giro inesperado. Los reporteros de la fuente del rock, más acostumbrados a la adrenalina de los conciertos que a la rigidez de un acto protocolario, se arremolinaron en torno a los integrantes de Caifanes para tomarse una selfie.
Este gesto espontáneo rompió el protocolo y, en un instante, la sala se llenó de risas y camaradería, volviendo la conferencia un poco más rockera, más auténtica, como si la esencia del género hubiese permeado el encuentro, recordando a todos que, al final, el rock siempre encuentra la forma de romper las normas.
Más tarde, durante una breve convivencia con los alumnos de la Escuela de Rock a la Palabra, los integrantes de Caifanes compartieron momentos más cercanos con los asistentes. En un ambiente relajado y cargado de admiración mutua, los músicos se tomaron fotos con los presentes, quienes no ocultaron su emoción al poder estar tan cerca de las leyendas del rock mexicano.
Los alumnos, muchos de ellos admiradores de la banda, se regocijaron en la oportunidad de intercambiar palabras y tomarse selfies con aquellos que habían sido una influencia significativa en su formación musical.
La presentación del 18 aniversario de la Escuela de Rock a la Palabra no solo se consolidó como un homenaje al pasado y presente del rock en México, sino también como un testimonio del impacto cultural y educativo de la institución, que sigue siendo un espacio esencial para el desarrollo de la música crítica y creativa en el país.