La psicología afirma que el cerebro naturalmente teme a cualquier cambio de hábito, pensamiento o creencia, pues prefiere lo ya conocido. Por otra parte, la genética, han demostrado que las especies más fuertes son aquellas que logran adaptarse a los cambios y por eso sobreviven
El 2025 será un año de grandes cambios para el sistema de justicia mexicano y sus operadores, quizá por eso haya tanta resistencia al cambio y, no es para menos, son tantos los cambios y tan radicales que de pronto sí producen miedo.
La elección de personas juzgadoras mediante el voto popular es el cambio más radical y del cual surgen muchas preguntas que provocan, definitivamente, incertidumbre e inseguridad. ¿En realidad se elegirán a las personas más capaces? ¿Las personas electas como juzgadoras, responderán a los intereses solo de quienes las apoyaron a sus campañas? ¿Realmente existirá independencia judicial? ¿Habrá un atraso en la impartición de justicia, por la curva de aprendizaje de las nuevas personas juzgadoras?
Existen miles de interrogantes como estas; sin embargo, la reforma judicial es un hecho y la elección de personas juzgadoras se llevará a cabo, a pesar de la resistencia de muchos.
Es obvio, y naturalmente comprensible, que quien se resiste más a estos cambios sea Poder Judicial de la Federación; sin embargo, esa falta de evolución los está llevando a una extinción eminente.
El pasado 7 de enero, el Comité de Evaluación del PJF publicó un acuerdo en el que, derivado de la suspensión otorgada en un juicio de amparo en el Estado de Michoacán, suspendió en el ámbito de sus competencias toda actividad relacionada con el proceso electoral extraordinario para personas juzgadoras. Además, cito textualmente, señaló lo siguiente: “… No se desconoce por este Comité que de no acatarse esa medida cautelar por los Comités de Evaluación de los Poderes Ejecutivo y Legislativo de la Federación, se provocaría una considera inequidad a los participantes en el proceso electoral…”
Es decir, ¿están conscientes que los otros dos Poderes de la Unión van a continuar con el proceso electoral y no les importa quedarse sin candidatos? Temo mucho que la respuesta sea afirmativa, ya que es precisamente esa actitud lo que está llevando al PJF a la extinción.
Primero publicaron una convocatoria para participar en el proceso electoral con muchos más requisitos que los otros poderes, después, sin sentido común alguno, depuraron las listas de participantes (elegibles), valorando cuestiones únicamente formales; y, ahora, deciden suspender el proceso de elección a sabiendas de que podrían quedarse sin candidatos.
Antes de esta, existieron diversas medidas cautelares que ordenaban suspender la propia reforma judicial; el envío de listas de personas juzgadoras al Senado de la República para la “tómbola” de salida, la integración los Comités de Evaluación, o la publicación de listas de personas elegibles, mismas que no fueron acatadas.
No obstante, lo anterior, y de forma a mi parecer inexplicable, cuando el proceso de selección está bastante más avanzado, el Comité de Evaluación del PJF decide acatar dicha medida y suspender todo el proceso, a pesar de que corre el riesgo de no participar en la elección.
Quizá pretenden ganar tiempo para resolver los cientos de recursos que tienen pendientes o quieran evidenciar las fallas del proceso, o simplemente sea un acto de rebeldía y resistencia. Considero que lo mejor sería usar a favor las nuevas reglas, participar con las personas más capaces, apoyar campañas propositivas, informar a los votantes, perder el medio al cambio, dejar de resistirse al presente y adaptarse para no extinguirse.
