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jueves, abril 25, 2024

Apuntes sobre una elección (los amores ridículos de los antibarbosistas)

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Ley 42 del Poder

Los problemas suelen tener su origen en un individuo:

el instigador, el subalterno arrogante,

el sembrador de inquinas y resentimientos…

Neutralice su influencia, aislándolo o eliminándolo.

Recuerde que, muerto el perro, se acabó la rabia

Robert Green

 

Un absoluto ridículo.

Una fuerza pequeña, casi inexistente.

Los antibarbosistas mostraron el “musculito” que tienen.

Son el hazmerreír de la plaza pública.

Y Miguel Barbosa Huerta lo hizo de nuevo.

Sabedor que Dios no juega a los dados, enfiló a todas sus piezas del ajedrez para que en varios movimientos el jaque fuera inminente. (En el caso de sus adversarios, el jaque mate ahí está).

El demoledor triunfo de este sábado (casi ocho de cada 10 consejeros están en la bolsa del inquilino de Casa Aguayo) debe interpretarse en diferentes vías:

-El control de su propia sucesión.

-Apoderarse de una marca que deberá transformar, en la medida de los posible, de un movimiento a un partido político.

-Los antibarbosistas perdieron sus fichas rumbo a 2024.

-La aduana poblana tiene a un solo hombre.

-La mejor estructura del próximo candidato presidencial en Puebla se llama Miguel Barbosa.

-El mandatario es el mejor aliado del presidente de la República.

Vayamos por partes.

Lo que permitió el arrollador triunfo del barbosismo fue la estructura política-electoral y de movilización que lo sostiene.

Fraguada desde el 2018, aceitada en el 2019 y madurada en 2021, el inquilino de Casa Aguayo sabía que llegaría un momento en que tendría que dar resultados. Estaba preparado para darlos.

Después de la elección intermedia de 2021, en la que se proclamó el gran ganador, llevó a su estructura a primer ensayo: la consulta para la revocación de mandato.

Los resultados del INE del domingo 10 de abril de 2022 sobre ese ejercicio “arrojaron una participación de 925 mil 684 ciudadanos, que representan el 19.6 por ciento del padrón electoral. De ese universo de votos, 840 mil 964 (90.84 por ciento) fueron a favor de la ratificación de Andrés Manuel López Obrador.

“Los sufragios en contra de la permanencia del presidente de la República apenas llegaron a los casi 60 mil, pero los votos nulos se estimaron en 24 mil 758, un poco menos de la mitad de quienes votaron en contra”.

Fue el indicio que pocos quisieron ver sobre el leviatán que vive en Puebla.

Este sábado pasado no fue necesario mover a toda la estructura.

Se trató de una operación quirúrgica y dirigida.

Y, más todavía, se comprobó que operadores políticos podrán ir y venir el resultado está intrínsicamente ligado a un solo general.

La elección de consejeros era fundamental porque permitía la mejor forma de dejar encuerados a los rabiosos antibarbosistas en la plaza pública.

Sin poder, ni influencia.

Rodrigo Abdala Dartigues fue, entre otros, el gran damnificado y confirmó que es el político que ha tenido todo y no ha obtenido nada.

Junto con el sobrino no querido de Manuel Bartlett Díaz hubo otros en ese camino: Claudia Rivera Vivanco y sus únicas huestes: su familia. Ni sus achichincles lograron algo. Peor: Su amigo, el procesado por un presunto acoso sexual, Adrián García Viveros, no sacó un solo voto.

Ignacio Mier Velazco que, si bien hizo consejera a su hija Daniel Mier Bañuelos, ni ella ni el abadalista Cesar Addi, suman más de mil 200 votos, apoyos, movilizados. Una pena.

Los Méndez Márquez solo merecen una línea: son los pedestres de siempre.

Tras los resultados de la interna de Morena, los antibarbosistas están en un brete: cómo pueden pujar por una candidatura si ni en su partido influyen.

Es cierto que de ahora en adelante habrá varios grupos, algunos regionales, que propiciará la aparición de diferentes corrientes, pero eso es justo lo que Morena necesita: Debate interno, suma de diferentes expresiones, enriquecer su vida orgánica y, principalmente, tener en cuenta que son el partido en el poder y actuar en consecuencia.

Que Barbosa tenga en su bolsa al partido pega directamente en la sucesión que él mismo dio por iniciada. Hay cartas, hay tiempo para el posicionamiento, hay estructura y hay partido.

Los barbosistas llegan con la fuerza necesaria para barrer al enemigo de enfrente: El PAN.

El mandatario comenzó por lo primero: tener la casa limpia, acomodada, a los muchachos y muchachas presentables, así como los recursos para agasajar al invitado.

¿Quién es el nuevo invitado a la casa del barbosismo? Quien quede como candidato presidencial de Morena. En Puebla no tendrá por qué preocuparse pues su aliado más importante tiene todo puesto a su servicio.

Eso también influirá en aquellos que creen que desde los grupos o figuras nacionales nuevamente se les impulsará para obtener candidaturas. Nadie se espanta de eso, pero la nueva circunstancia política confirmó que hay solo una aduana.

El presidente de la República, por su parte, tiene en Miguel Barbosa a un político que pone todo a su servicio. Ese es el juego final: la 4T debe continuar, el legado de López Obrador debe seguir vigente.

La entrega de un estado en paz, con gobernabilidad, una estructura lopezobradorista leal y sin simulaciones, planes de gobierno exitosos, la defensa pública de la figura presidencial en los temas nacionales no es una graciosa concesión.

Miguel Barbosa sabe que él y México tienen un solo líder político y que el resto de los soldados como él debe hacer lo que le corresponde para fortalecer, cuidar y potenciarlo.

¿Ahora entiende por qué está elección interna de Morena fue algo más que eso?

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