En el equipo de campaña de Eduardo Rivera Pérez hay preocupación porque su plan de montarse en la inercia electoral de Xóchitl Gálvez Ruiz nunca pudo concretarse debido a que la candidata presidencial del PRIAN nunca despegó.
Esa certeza quedó firme después del segundo debate entre los aspirantes a la presidencia de la República, en el que la hidalguense si bien tuvo un mejor desempeño tras el fracaso rotundo del primer encuentro, en realidad la mejoría solo alcanzó para recuperar a la base que ya la apoyaba entre la militancia de los diferentes partidos que conforman la coalición opositora.
Dicho escenario resulta poco halagüeño debido a que estamos a cuatro semanas y media de la elección, un tiempo cortísimo para darse el lujo de recuperar la base que de por sí ya te ayudaban. A estas alturas, Xóchitl Gálvez debía estar metida de lleno en cerrar la pinza en la franja de los indecisos, el voto switcher y la clase media y alta que es donde Morena difícilmente podrá penetrar.
El voto antilopezobrador y antiMorena ya lo tiene, pero su desempeño ha sido a tal grado mediocre que sus ocurrencias, falta de estrategia, la ausencia de un proyecto congruente terminó por alejarlo. Ya se vio que la gracejada, las groserías y la ridícula espontaneidad no sirven de nada si es que el electorado detecta ausencia de propuesta y oferta electoral seria.
Como es sabido, Eduardo Rivera fue obligado a ser el candidato del PRIAN a la gubernatura de Puebla y cuando no pudo zafarse, entonces, articuló toda su estrategia en montarse en Xóchitl Gálvez, al grado de que la coordinación y demás cargos de la campaña presidencial en Puebla fueron secuestrados por el Yunque.
Bajo esta lógica, Rivera Pérez apostaba porque la candidata consolidara el voto ciudadano en las áreas urbanas, mientras él recorrería el interior del estado para rescatar la mayor cantidad de respaldos. Al 30 de abril le podemos decir que ni una ni el otro han podido concretar la apuesta.
Es muy probable que la capital y la zona conurbada pueda dar un susto a la coalición Sigamos Haciendo Historia, pero no será suficiente para hacer ganar al candidato a la gubernatura de Mejor Rumbo para Puebla.
De hecho, Eduardo Rivera tampoco ha logrado cuajar un proyecto electoral. Su apuesta es errática, llena de tropezones, torpezas y ocurrencias que rayan en la ilegalidad. Ahí está el caso de su plan de seguridad, el cual fue lanzado justo en la semana en que asesinaron a la influencer Vielka Pulido.
También está su plan de salud que apesta a coacción del voto y por eso ya fue denunciado ante el INE.
Lo que resulta sorprendente es que tras hacerse la revisión de los 13 planes de campaña del candidato del PRIAN la conclusión es una: Son inviables financieramente, es decir, no pasan de ser una ocurrencia, una muestra más de la casa, pues siendo alcalde de Puebla, Rivera Pérez demostró que no tiene idea en cómo se gobierna o planea el desarrollo de una ciudad.
Ahora todo se juntó: Xóchitl rescatando su propia campaña y Eduardo Rivera sin tino ni dirección, la preocupación es mayúscula.