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lunes, enero 20, 2025

Trump, la hora de la verdad

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Hasta los más optimistas internacionalistas advierten que el inicio del segundo mandato de Donald Trump solo presagia días aciagos para todo el mundo, aunque los principales epicentros de sus locuras serán sus socios comerciales México y Canadá. El magnate regresa a la presidencia de EU con más poder y más decidido a hacer lo que siempre quiso, ya sea cometer locuras, enriquecerse obscenamente o aterrorizar al mundo. Por eso es que la valiente e inteligente postura asumida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo merece no solo un amplio reconocimiento, sino que refleja lo que los mexicanos esperamos de nuestro gobierno: Respeto sin sumisión, valentía sin estridencias, precaución sin temor, inteligencia sin resignación. Sabemos que los populistas o locuaces líderes son capaces de meterse un balazo en el pie con sus locuras, pero Trump no es suicida. Meterá presión en aquellos temas que necesite para mantener cautivo a su electorado —conservador, sin estudios, plagado de prejuicios y conspiranoíco—, a fin de que las cosas se hagan como quiere, pero sin romper ligas. El mejor caso es la migración. Con Andrés Manuel López Obrador, el estadounidense llevó una buena relación por una sencilla razón: el expresidente aceptó que la frontera de EU se trasladara al sureste mexicano, es decir, que el flujo migratorio debía contenerse en nuestro país. Ese es el tipo de acuerdos que el magnate busca detrás de sus bravuconerías. Ahí está el caso de China. Los demócratas y servicios de inteligencia exigen sin tapujos que TikTok sea vetado de EU, ante el grave problema de seguridad nacional que representa, pero Trump ya mandó a decir que la red social seguirá operando sin condiciones. ¿Qué busca detrás de eso? Ceder en un tema mínimo, a cambio de obtener acceso a minerales raros que controlan los chinos y son muy demandados por la industria estadounidense. Esa es la geopolítica que viene, pero se olvida porque está cargada de la verborrea trumpista, su estridencia y locuacidad. En este contexto, también es un verdadero acierto la postura del gobernador Alejandro Armenta Mier, quien asumió la defensa de los migrantes poblanos en EU. Caminar de la mano de la presidenta de México es la mejor apuesta porque el Estado se unifica entorno a una de las mejores causas. Así pues, ante la locuacidad que viene de EU, los poblanos podemos tener la certeza que hay autoridad (local y federal) que saben el papel que los toca y las armas con las que cuentan: Respeto sin sumisión, valentía sin estridencias, precaución sin temor, inteligencia sin resignación.

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