Cuando se hace un cruce de los números que arrojan los más recientes sondeos sobre la pelea por la gubernatura de Puebla rumbo a 2024 salta un dato: Entre 16 y 24.2 por ciento de los ciudadanos se encontrarían en la franja de los indecisos. Esto puede ser minimizado ante la versión de que Morena se encuentra en caballo de hacienda y, salvo una tragedia, perdería las próximas elecciones estatales. Sin embargo, cada vez crece el número de personas consultadas que deciden esconder su voto, lo que ha metido en serios problemas a las casas encuestadoras. Otra versión es que la persona consultada miente con la verdad: es cierto lo que registra la encuesta sobre su apoyo a determinado partido o candidato, pero eso no significa que salga a votar el día de los comicios. Es justo en esta franja donde los partidos tienen un reto mayor: ubicarlos y entender sus deseos, ánimos y esperanzas. Aunque puede sonar a lugar común, cada elección es diferente y es por eso que cada estratega debe recordar los fracasos anteriores principalmente. Es ahí donde se encuentra buena parte de la respuesta que buscan. A esto debe sumarse la disección de quién es el ciudadano que acudirá a votar, quiénes son los que definirán los comicios y el impacto de cada sector. En 2018, por ejemplo, la franja de 26 a 35 años es la que más votó por Andrés Manuel López Obrador. ¿Ese sector mudó su simpatía hacia la 4T en general? Un dato más: El 65 por ciento de los votantes con estudios superiores vieron como mejor opción al tabasqueño. ¿Ese sector aspiracional se mantiene cercano a Morena? Hay muchas preguntas por responder, pero es un hecho que Morena no la tiene fácil para 2024 debido a que el propio presidente de la República fijo la meta de votación de 2024: El partido guinda debe obtener no sólo la presidencia sino la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y el equivalente a 64 por ciento de los sufragios, además de —por lo menos— siete de las nueve gubernaturas en juego. ¿Cómo le harán las dirigencias y candidatos morenistas para cumplir con la meta? AMLO sigue siendo un fenómeno político único en la historia país. Llegó a Palacio Nacional con un respaldo de 54 por ciento de los votantes, pero actualmente es respaldado por 64 por ciento de la población mexicana. Esa popularidad y buena calificación le pertenece exclusivamente a él, no a sus corcholatas ni demás candidatos. Vamos, ni siquiera a Morena. Es justo en esa complejidad en donde las cosas se complican para Morena. Más aún: Si se revisan los sondeos más recientes se podrá comprobar que sin importar el perfil que pongan, todos terminan por disminuir la ventaja que la marca por sí solo obtiene. Una cosa muy diferente ocurre en el PAN, en donde su principal aspirante prácticamente duplica la
competitividad de la marca.
Los indecisos y la nueva realidad
