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jueves, noviembre 21, 2024

Las dudas de la interna panista

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A pesar de que el velador a cargo del Ayuntamiento de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, se decantó hace unos días en favor de las aspiraciones de Jorge Romero Herrera para la dirigencia nacional del PAN, en el equipo del diputado federal y su padrino político, Marko Cortés Mendoza, no están tan convencidos de que el apoyo sea total. Sus sospechas están justificadas debido a que conocen a cabalidad la forma de hacer política de Eduardo Rivera Pérez, el verdadero patrón del edil suplente, que se caracteriza por la indefinición, ser un timorato y dejar todo al último, como si esa fuera la mejor estrategia. Marko Cortés, nos explican, sumó a Rivera Pérez por una sencilla razón: Tiene secuestrado al PAN poblano y eso lo hace la pieza más valiosa en la elección que se avecina. Al controlar la estructura y militancia, los yunquistas impulsarán la cargada en favor de Jorge Romero. Puebla, además, es el tercer estado con el padrón más grande de militantes panistas y se encuentra arriba, por una mínima diferencia, de la Ciudad de México. Esto, sin duda, ayudará al diputado federal a contener la cargada que el ala radical del Yunque, en el que están agrupados los exgobernadores emanados de ese partido, impulsa en favor del senador Damián Zepeda Vidales. El apoyo que Rivera Pérez ofrece a Jorge Romero y Marko Cortés tiene un precio: Dejarlo imponer a quien quiera en la dirigencia estatal y mediante el método que quiera. Ese, al menos, es el pacto que se hizo. Y ya se sabe que el exedil quiere dejar a su empleado Adán al frente y pretende que sea a través del Consejo Estatal. En la teoría, los riveristas tienen todo armado, pero en la realidad el asunto cada día se complica más. De entrada, el grupo se encuentra seriamente fracturado a consecuencia de agravios cometidos entre sus integrantes y que terminaron en el plano personal. A eso hay que sumarle que Adán Domínguez no es el político capaz de aglutinar a todas las corrientes o, por lo menos, a los aliados más importantes. Y, por si eso no fuera suficiente, está en vías de crearse un frente contra Eduardo Rivera para impedir que continúe con el control del partido. Los objetivos van desde pugnar por la elección abierta a la militancia y aglutinar al mayor número de inconformes, pues hay una idea que nadie ha podido erradicar: Eduardo Rivera y su grupo es el peor cáncer para el PAN. Este grupo opositor sabe que si la unción se da por la vía del Consejo Estatal matemáticamente no tendrán ninguna oportunidad, debido a que el Ayuntamiento de Puebla estará financiando la compra de votos y conciencias, además de prometerles empleo en los pocos municipios que ganaron el 2 de junio. La preocupación de Marko Cortés y Jorge Romero es que el exedil cambie de caballo a mitad de la contienda si es que Damián Zepeda le ofrece un mejor acuerdo e incluso lo ayuda a ponerlo en práctica inmediatamente.

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