La reciente información que liberó el Ayuntamiento de Puebla respecto al contrato de adjudicación de la compra de tinacos azules y otros apoyos que se repartieron en plena veda electoral a simpatizantes y dirigentes del PAN, solo ofrece más evidencias de cómo el velador Adán Domínguez Sánchez es capaz de hundir al candidato Eduardo Rivera Pérez y lo que todavía queda del desgobierno municipal.
Vea usted si no. Según la información en la Plataforma Nacional de Transparencia, la gestión de Adán Domínguez encontró que el único que cumplía los requisitos para hacerse acreedor del contrato para la adquisición de los famosísimos tinacos azules era el empresario José Antonio Domingo González Durante, administrador único de Godise SA de CV, a la que el patrón del velador ha beneficiado, solo en dos años, con 13 diferentes asignaciones a cargo del erario.
Como lo advierte correctamente el brillante regidor Leobardo Rodríguez Juárez, si el Comité de Adjudicaciones hubiera revisado siquiera la propuesta de Godise SA de CV la habría descartado ipso facto debido a que sus precios están muy por arriba de los precios de mercado, es decir, al final el velador Adán optó por comprar todo con sobrecosto.
La pregunta que Leo Rodríguez plantea es muy atinada en este momento: ¿A poco de todos los proveedores que existen en el país el único que cumplió con los requisitos fue alguien que ofreció todo a sobrecosto? Una auténtica locura.
Este desaseo y la impericia de quien se quedó al frente del Ayuntamiento de Puebla solo evidencia que hasta para hacer chanchullo son malísimo. Sobre gobernar, dar resultados y mejorar las condiciones de la ciudad, ya demostraron que sencillamente son unos ineptos, pero que no hagan bien ni siquiera sus triquiñuelas, es bastante ramplón.
Esta solo es la punta de la madeja. En su primera prueba para demostrar de lo que está hecho, Adán Domínguez ya demostró de lo que está hecho. Como dice el dicho: No esperábamos nada de él y de todos modos terminó por decepcionarnos.
