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martes, octubre 15, 2024

La ciudadanía en manos de ineptos

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Una de las principales características de la gestión de Eduardo Rivera Pérez al frente del Ayuntamiento de Puebla fue actuar como un timorato. La evasión de la responsabilidad, echar la bolita a otros gobiernos y culpar a otros de los problemas fue la constante del panista que, ahora vemos, está dispuesto a continuar su socio comercial y sucesor en la presidencia municipal, Adán Domínguez Sánchez. En México y, obviamente en Puebla, sabemos que cuando una autoridad asegura que un problema no es de su competencia es porque detrás existe una evidente incapacidad, incompetencia o irresponsabilidad. El mercado de La Cuchilla es el mejor ejemplo de esa incompetencia e ineptitud del gobierno de Rivera Pérez y Adán Domínguez, pero también de la complicidad. En septiembre de 2022, Miguel Barbosa Huerta anunció los planes de su gobierno para expropiar dos centros por excelencia del crimen organizado: La Cuchilla y la 46 Poniente. Para concretarlo, el gobierno del estado necesitaba de la intervención del Cabildo de Puebla, pero el asunto se enfrentó a una sospechosa dilación por parte de la gestión de Rivera Pérez debido a que en la 46 Poniente opera una de las organizaciones que lo apoyó en su campaña electoral: El Movimiento de Organizaciones Sociales Unidas por Puebla, que encabeza Moisés Ortiz Bracho. Las trabas burocráticas de Eduardo Rivera y la evidente complicidad de la organización de marras, exasperaron en su tiempo al gobernador oriundo de Zinacatepec que esperaba el momento preciso para un golpe definitivo, el cual no pudo darse ante su repentino fallecimiento. El proyecto se encuentra detenido y no hay para cuando vuelva a activarse por la vía del Cabildo de Puebla. Proceder a la expropiación de La Cuchilla inevitablemente llevará a una acción similar en la 46 Poniente y las autoridades municipales tienen otros intereses porque están en campaña electoral. Ahora que el escándalo internacional envuelve al Ayuntamiento de Puebla debido a que el gobierno de Estados Unidos ubicó a ese mercado en la lista de los principales centros de piratería y crimen del país a la par de Tepito, que ya es decir muchísimo, Adán Domínguez y Eduardo Rivera no pueden fingir demencia, olvido o echar la responsabilidad a otra autoridad. Pudieron terminar con el problema de raíz y no quisieron, no hay otro argumento. Si de verdad están interesados en poner fin al problema la decisión está en su cancha: que el Cabildo apruebe la expropiación del predio. No es necesario que salgan a decir que el combate de las actividades delictivas que allí se cometen le corresponden a otra instancia. Una expropiación es la solución. Solo falta ver si tienen pantalones para hacerlo o prefieren estar del lado del crimen organizado.  

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