Al PAN le llueve sobre mojado. Este martes la Sala Regional CDMX del TEPJF le confirmó la multa —la tercera del proceso electoral— a la dirigencia estatal del PAN comandada por Augusta Valentina Díaz de Rivera. El monto es escandaloso: 7 millones 439 mil
240 pesos, mismo que se suma a otras sanciones económicas emitidas por la autoridad electoral por 3.8 millones de pesos y 3.5 millones de pesos, y otra más por 1.1 millones por incurrir en omisión en gastos de campaña en la elección de gobernador, esto último
pese a que le fue autorizado a Augusta la contratación de un servicio profesional para la comprobación de gastos… debería pedir su reembolso. Lo grave es que, con ello, el monto total, que hasta ahora suma 15.8 millones de pesos, se descontará de las prerrogativas que recibe el partido en Puebla para mantener sus actividades ordinarias, que incluye, entre otras cosas, el pago de la nómina. Por ello es que son varios los
trabajadores del Comité Directivo Estatal que, desde ahora, se están tronando los dedos porque quizá se queden sin aguinaldos, ni finiquitos al concluir la dirigencia de Augusta Valentina.
UNA BOMBA DE TIEMPO
El bloqueo de la avenida Las Torres y Bulevar Valsequillo por los ejidatarios de San Baltazar Campeche fue el símbolo del fracaso en la gestión municipal de Adán Domínguez. Lo que estalló en las calles durante más de 24 horas no fue solo la furia de un grupo de pobladores, sino la manifestación de una bomba de tiempo que el Ayuntamiento de Adán Domínguez decidió ignorar hasta que fue demasiado tarde. La problemática que enfrentan los ejidatarios no es reciente, pero sí emblemática de la desatención crónica que caracteriza a la autoridad municipal. No cabe duda que cuando no se trata de gobiernos improvisados, el del alcalde sustituto es el número uno. Lo que Puebla vivió estos días fue el colapso de la falta de visión y de la irresponsabilidad política. El caos vehicular y la desesperación de los ciudadanos que quedaron atrapados en medio de la protesta no son el verdadero problema, sino los síntomas de una administración que elige no enfrentar los problemas hasta que le explotan en la cara.
UNA GESTIÓN DE CORAZÓN
La reciente jornada de apoyos encabezada por Gaby Bonilla en Zacatlán dejó algo claro: cuando se combina voluntad política con un genuino compromiso social, los resultados benefician a quienes más lo necesitan. La entrega de apoyos en Zacatlán no fue un simple evento más; fue una respuesta concreta a las necesidades que la población de la Sierra Norte ha expresado por años. El reequipamiento de cinco desayunadores y la instalación de una unidad básica de rehabilitación son logros que no solo mejoran la infraestructura, sino que reflejan una visión integral de desarrollo, en la que se prioriza la atención a grupos que, históricamente, han sido marginados. Enhorabuena por Gaby Bonilla.