Juan Lira Maldonado, que en los bajos mundos de la criminalidad es conocido como El Moco, ha dado pasos hacia un camino sin retorno en el que solo hay un destino: la cárcel. Este jueves, por ejemplo, continúo con su estrategia de desestabilización del municipio de Chignahuapan, al golpear y desalojar violentamente a los funcionarios del Concejo Municipal —designado por el Congreso del estado— que despachan en el Complejo Cultural y Deportivo hasta que se lleve a cabo la elección extraordinaria. ¿Qué gana El Moco con dichos actos? Generar un ambiente de zozobra y la percepción de que habrá problemas si no lo reconocen como presidente municipal, a pesar de que eso sea imposible legalmente, a menos que gane los comicios extraordinarios. Y es justo allí, donde El Moco torció el rabo. Sabedor de que tiene todo en contra para ir nuevamente a las urnas, el sujeto pretende crear el caldo de cultivo social para la ingobernabilidad del municipio. Difícilmente, Juan Lira ganará las elecciones extraordinarias y qué bueno porque vaya que ya es un escándalo que un presunto criminal, ligado al huachicol, haya participado como candi dato a la presidencia municipal. Todo indica que Fuerza por México, ese partidillo de impresentables, ya lo dejó solo ante el despropósito que generó su nominación inicial. Las autoridades electorales también están en sintonía para evitar que un tipo de esa calaña se convierta en autoridad y existe un amplio consenso que eso no debe ocurrir. Todo eso lo sabe El Moco y por eso decidió tomar el camino de la desestabilización con la toma de carreteras, acciones violentas como el desalojo y protestas continúas de todo tipo. Ahora que Chignahuapan está de plácemes por ser la casa de la Feria del Árbol y la Esfera, Lira pretende arreciar las movilizaciones para generar la percepción de una guerra poselectoral y vender la idea de fraude. El Moco decidió quemar sus naves en busca de una apuesta electoral. Ahora solo falta que la Fiscalía General del Estado active las ordenes de aprehensión que hay en su contra y que arribe el nuevo gobierno para meter orden en Chignahuapan. No hay otro camino.