En el oficio del periodismo es inevitable que en alguna ocasión se cometa un yerro que derive en un desmentido de quien resulte afectado o, si hay profesionalismo, el mismo reportero es el encargado de corregir la información. El problema surge cuando un representante de los medios de comunicación se convierte en el centro de desmentidos de todo mundo, amigos o enemigos. Lo peor es cuando la fama de mentiroso, impreciso o manipulador de la información le gana al tundeteclas. Ese es el caso del columnista consentido de la ultraderecha y nuevo sicario mediático de La Banda de los Conejos, conocido como Nigromante Ruiz. En su pasquín electrónico —que está a cargo de un auténtico analfabeta funcional que dice tener el nivel de director editorial— nuevamente se volvió a difundir una mentira, una mentira que es la muestra de la vileza. Resulta que este par se aventó la puntada de asegurar que el gobernador Miguel Barbosa Huerta desvía recursos para tener a profesores del Conafe al servicio de los hijos de los trabajadores de la hacienda que tiene en su natal Zinacatepec. Si hubiera un poco de oficio, habrían hurgado un poco más para descubrir que ese movimiento se debió a que a los menores les negaron el acceso a la escuela de la comunidad por una miserable razón: Que el dueño de la hacienda era el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla; es decir, el adversario de Martha Erika Alonso Hidalgo. Esa fue la única razón para que los niños quedaran fuera de la escuela. Ante esa situación, Barbosa Huerta decidió hacer los trámites necesarios para que los menores tuvieran educación. La mejor vía fue la del Conafe, con una sustancial diferencia: los sueldos y todos los requerimientos educativos corren a cuenta del hoy mandatario. Eso fue lo que se les olvidó investigar a Nigromante Ruiz y su analfabeta empleado. Por cierto, no existe ninguna ilegalidad en ese mecanismo educativo. Ahí está el caso de la constructora ICA que pagaba el salario de profesores para que los hijos de los trabajadores de la obra —cuya construcción tardaba muchos meses o quizás años— no perdieran su instrucción escolar. Otro caso similar es de los circos. Hay maestros que prácticamente viven en las carpas para atender a los menores. Ese es el problema de querer golpear e incurrir en una vileza.
DIÓDORO, EL ROYALTY Y SU REMODELACIÓN MILLONARIA
A propósito de que este lunes se reinaugurará el tradicional Hotel Royalty, en el corazón del Centro Histórico de Puebla capital, varias dudas han surgido. Una de ellas es cómo permitió el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la intervención tan radical a un inmueble patrimonio de la capital del estado. Pero la que más indignación ha causado es conocer que detrás de los inversionistas, estaría, como “el verdadero dueño”, el ex gobernador de Oaxaca y exsecretario de Gobernación federal y en Puebla con Rafael Moreno Valle y con José Antonio Gali, alias Tony Gali, el expriista y ahora panista, Diódoro Humberto Carrasco Altamirano. Las suspicacias surgen pues el Royalty cerró sus puertas casi al inicio de la pandemia y sufrió una profunda y, por supuesto, muy onerosa remodelación. ¿De dónde salió el dinero? Las sospechas de muchas cosas aparecen, pues, como trascendió en muchos trabajos periodísticos, Diódoro se mencionó como involucrado en la malversación de fondos, desde la Secretaría de Gobernación de Puebla, de una “partida secreta” que por los 10 involucrados —él en el centro de todo— suma 241 millones de pesos.
