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miércoles, octubre 9, 2024

Adán y Lalo, sabemos lo que hicieron

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La bola de nieve terminó por reventar esta semana en el Ayuntamiento de Puebla luego más de 48 meses de despilfarros, desbarajuste financiero, sospechas de corrupción, falta de planeación y un gobierno dispuesto a financiar la campaña de Eduardo Rivera Pérez a costa del erario.

Hasta la pasada primera quincena de septiembre, Eduardo Rivera Pérez y su socio-velador Adán Domínguez Sánchez hicieron circular la versión que tenían garantizada la impunidad de la próxima administración estatal. El problema es que eso nunca fue real y hoy, con el hoyo financiero de 680 millones de pesos, francamente se ve imposible que su pellejo pueda estar a salvo.

Para entender la trama que
tiene sometida a la gestión que
iniciará el próximo 15 de octubre, déjenos recuperar algo que
escribimos en este espacio y
que revela cómo es que el hoyo
financiero no es un problema exclusivo de Adán Domínguez.

“A la cloaca financiera (que
detectó la ASE en la cuenta pública 2022) ahora hay que sumar el preocupante problema que estalló en la última sesión
de Cabildo, en donde quedó demostrado que la gestión panista
tiene tal desbarajuste presupuestal, que nadie sabe a ciencia
cierta a cuánto ascienden los
recursos con los que cuenta el Ayuntamiento y, mucho menos,
el monto que tendrá disponible José Chedraui Budib para
los dos meses y medio del ejercicio fiscal 2024.

“De acuerdo con el regidor Leobardo Rodríguez Juárez, la administración
del velador más caro de la ciudad, Adán Domínguez Sánchez —otro de los responsables
de difundir el rumor de que está garantizada la impunidad—, en los estados financieros presentados a finales de 2023 se informó de un remanente por 819 millones de pesos, los cuales estaban comprometidos para pagarse en 2024. Pero ese dinero ha sido
incluido y excluido en diferentes estados financieros mensuales
de este año, por lo que el panorama es más que turbio.

“Para rematar la cantidad de
disparates financieros, los regidores fueron informados que en
agosto la gestión panista gastó
440 millones de pesos más de
lo presupuestado. La pregunta inmediata fue: ¿de dónde se
pagó? Ahí, nuevamente fueron
notificados que la Comuna tenía
819 millones en cuentas bancarias, por lo que están disponibles
370 millones.

“La gravedad de esta situación
es que, a decir de Leobardo Rodríguez, quien fue secretario de
Administración y tesorero en el
trienio 2018-2021, ese dinero
no alcanza ni para pagar lo que
los panistas dejarán comprometidos por obras pendientes”.

Hasta aquí la cita.

Como pudo leer, la sangría
presupuestal que ahora ha terminado por reventar es una
herencia de Eduardo Rivera y
que su velador nunca pudo solventar. Esto también despierta
las sospechas debido a que los
recursos comprometidos de
2023 estaban destinados a ejecutarse en pleno año electoral.

¿Por qué extender el periodo de ejecución y pagos? La respuesta es evidente.

Eduardo Rivera y Adán Domínguez son los responsables
del quebranto financiero que enfrenta la Comuna. Tiene razón
el segundo en afirmar que dejarán mil 436.6 millones para la
siguiente administración, pero
eso por sí mismo no significada
nada, ya que la gestión panista
en realidad debió garantizar que
José Chedraui tuviera disponibles alrededor de 2 mil 089 millones de pesos.

Domínguez Sánchez miente
al afirmar que los pasivos heredados —a los que nunca quiso
reconocer como deuda— ascienden a 448 millones debido
a que esa cantidad no incluye el
pago de ISR de trabajadores que
deben entregarse al SAT y otra serie pendientes.

Por si eso no fuera poco, José Chedraui no podrá disponer
de los mil 436.6 millones en su totalidad debido a que son recursos etiquetados y/o comprometidos. Mañosamente, el edil suplente afirma que el nuevo
gobierno puede hacerse de otros 87.3 millones por concepto de
recaudación del pago anticipado de predial. ¿Y si la 4T decide lanzar un plan de incentivos para empresas y ciudadanos que implique condonación?

Perdone usted el francés de estos tundeteclas, pero esas son chingaderas.

 

Falsa inconformidad

Carlos Montiel Solana, coordinador de regidores del PAN en
el Cabildo de Puebla, demostró
que lo suyo, lo suyo es la auténtica doble moral. Si no cómo se
explica que ahora se atreva a criticar el endeudamiento que dejará su partido cuando fue uno de los principales responsables
de defender y votar a favor, mes
con mes, los estados financieros
que la tesorería entregó a la Comisión de Hacienda y Patrimonio Municipal y posteriormente al pleno de cabildantes.

El vendedor de cables más
bien quiere salvar el pellejo y
marcar su distancia ahora que
salió a luz toda la porqueriza
financiera del Ayuntamiento de
Puebla. Nunca dijo nada, avaló y defendió todo, además de
que aprovechó para impulsar
los negocios de sus amigos de
cofradía a costillas de las arcas
municipales.

Ya sabe, cuando el barco se hunde, las primeras en saltar son…

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