El gobernador Sergio Salomón Céspedes está dando muestra de que este será un cierre fuerte de administración, y será tal como inició su mandato, arrancando una serie de acciones para que Puebla tomara otro rumbo, uno al que muchos no le apostaron, pero hoy, al hacer un alto en el camino, hay más obra que en los dos años que le antecedieron, hay más inversión en el campo poblano y hay récord de inversión en infraestructura educativa. Esta es una muestra de que cuando voluntad, el tiempo ni los recursos son pretexto, y a manera de ejemplo está el uso que el secretario de Educación, Jorge Estefan Chidiac, dio al FODEN, que al mezclarlo con recursos propios alcanzó para rehabilitar aulas, que por cierto en plena época de la Inteligencia Artificial había muchas aún con techos de lámina de cartón.
EL PERDEDOR QUE JUZGARÁ DERROTAS
Eduardo Rivera fue designado como parte de la comisión del análisis de la derrota del PAN a nivel nacional, pero en Puebla basta ver el desastroso resultado que entregó del exalcalde de la capital, primero como edil de una de las ciudades más importantes del país, y luego como candidato a gobernador. ¿Será acaso que el candidato perdedor se ponga de ejemplo de lo que no se debe hacer en una campaña a la gubernatura como echarse a la hamaca desde el primer minuto de la campaña? Pues, recordemos que el hijo predilecto del Yunque arrancó su campaña desde la comodidad de un escritorio y esporádicamente visitaba municipios del interior del estado y que decir de su financiamiento, el cual está entredicho. Ojalá que Eduardo Rivera sea el vivo ejemplo de lo que el PAN no debe repetir, aunque en los últimos días pareciera que están encaminados a repetir la derrota al querer hacer líder al máximo yunquista en Puebla.
UN PREMIO DE CONSOLACIÓN PARA QUIENES PERDIERON TODO
Tremendo lío en que se metieron el alcalde sustituto Adán Domínguez y sus compinches en el Ayuntamiento, al entregar 110 plazas de base a familiares, amigos y recomendados de la esfera yunquista en el municipio de Puebla. Vaya escándalo pues es una manera de recompensar a quienes perdieron todo en la pasada elección del 2 de junio, pues la capital del estado no solo representa la joya de la corona en la elección de gobernador, sino que para el Yunque es perder el último resquicio de poder que tenían los azules para mantener sueldos y canonjías para un proyecto político que nació muerto con Eduardo Rivera, quien llevó al PAN al peor escenario en el estado, pues redujo a su mínima expresión los números que tenía el panismo poblano antes de que su grupo tomara las riendas de lo que era un partido vigoroso en los tiempo morenovallistas. Tomen como un premio de consolación las bases entregadas en contubernio con el sindicato charro del ayuntamiento.
