A un par de semanas de haberse realizado el debate oficial del Instituto Nacional Electoral (INE) podemos advertir que las preferencias electorales no se han alterado, es decir, el debate no ha sido decisivo para la ciudadanía para formarse un criterio de votación, en las gubernaturas el caso es muy semejante y en los municipios, de manera oficial, no se están organizando, para posiciones en las legislaturas ya mejor ni hablamos, por ello, considero pertinente la pregunta ¿Es importante el debate?
En esencia, la democracia es un sistema por el que se administra el disenso, es decir, el debate es la principal herramienta de la democracia.
Este ejercicio no es exclusivo entre ciudadanos, sino, desde medios de comunicación, opiniones políticas y posicionamientos ciudadanos, es decir, las y los ciudadanos dan un debate a partir de opiniones, en otras palabras hay instrumentos formadores de opinión pública.
Los debates políticos, donde candidatos intercambian posturas, propuestas y se realizan señalamientos, se han convertido en espectáculos televisivos que no forman la opinión de las y los ciudadanos ¿Cuál es el morbo del debate? Los insultos, las descalificaciones, el vituperio, negativos que son utilizados para empobrecer el debate a través de memes, burlas y muchos insultos.
Hay también debates informales organizados por universidades, cámaras de comercio, medios de comunicación y sociedad civil que pueden estar cargados para un personaje político o tener un sesgo ideológico. Estos debates son los más peligrosos y tendenciosos, es decir, el debate podría estar aún más contaminado.
¿Qué hacer entonces? Para empezar exigir que haya más debates y mejor organizados por una institución imparcial, bien sea el INE o el OPLE en su caso. No solo se necesitan los debates en la Presidencia, hacen falta en la gubernatura, las presidencias municipales y sobre todo en las legislaturas, pero ese debate tiene que reinventarse, ser de fondo y no de morbo.