Este sábado, mi libro El pan de la vergüenza (Coyoacán, 2023) llegó a Mérida porque los dioses mayas así lo quisieron.
La librería Sempere, enfocada en impulsar a mujeres escritoras, me abrió las puertas en punto de la seis de tarde, ante una concurrencia cálida, atenta y empática.
Daniel y Daniela fueron parte de esta travesía. Él, mi primer maestro, por allá del 2019, cuando pude pagarme mi primer taller vía remota, y ella, una grandísima amiga de mis épocas universitarias.
Daniel Sibaja Tuz es una promesa en el mundo de las letras, he tenido la oportunidad de leerlo y solo puedo decirles, queridos hipócritas lectores, que recuerden bien su nombre. La pasión por lo ancestral, lo histórico y místico que conlleva nacer en una ciudad donde lo mismo caen meteoros que eclipses o gringos, se nota en su prosa casi poética con tintes realistas y de ciencia ficción.
Daniela Tarhuni es otra apasionada de su trabajo. Si va por algo es para dar el extra y mover conciencias, no por nada conquistó Mérida en el área de la divulgación científica. Brincó de liderar la graduación de mil almas universitarias a llevar la batuta en el Departamento de Divulgación de la ENES Mérida, además de tener el podcast Ciencia Moloch, un telescopio y dos gatos.
Mi primer día en Jo’ (como se le llama a la ciudad en maya) y ya probé la verdadera cochinita pibil, aprendí el arte de dormir en una hamaca y las maneras de portar una guayabera según los estrictos códigos de etiqueta de los yucatecos.
Seguiré disfrutando del calor y las costumbres unos días más, mientras tanto, díganle a mi papá y mi mamá que El pan de la vergüenza ya anda por el sur y ¿por qué no? quizás pronto cruce fronteras.
