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jueves, noviembre 21, 2024

¡Adiós, al PRI!

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El PRI, partido político que le dio forma al Estado mexicano en el siglo pasado, poco a poco se reduce a un partido satelital.

El PNR, el PMR, que se transformó en el PRI, fueron la gran invención política del siglo pasado.

El siglo del muralismo mexicano y de la dictadura perfecta.

El PRI de la matraca y el confeti.

El PRI de los sectores obrero, campesino y popular.

El PRI de las instituciones.

El PRI de la retórica flamígera.

El PRI de los presidentes que “defendieron el peso como un perro”.

El PRI de los presidentes de guayabera.

El PRI de candidatos presidenciales asesinados mientras sonaba de fondo musical La Culebra.

El PRI que tenía en el Tigre Azcárraga a un “soldado del sistema”.

El PRI de la guerra sucia.

El PRI del dedazo y del tapadismo.

El PRI que desbarató el Estado mexicano y malbarató sus empresas estratégicas para hacer más ricos a los ricos.

El PRI de la juniorcracia y de los “cachorros de la revolución”.

El PRI de la contradicción político conceptual: un partido que es “revolucionario” pero que al mismo tiempo es “institucional”.

 

***

La elección del año 2024 fue el puntapié para el PRI.

Ya lo señalaba Daniel Cosío Villegas, que el PAN no había logrado crear un programa político más atractivo que el del PRI.

La asamblea priista a nivel nacional aprobó, el pasado domingo, la posibilidad de que la dirigencia nacional pueda reelegirse.

El PRI busca ser el nuevo PARM.

El PRI hoy se inspira en el PPS.

Un puñado de priistas, a casi un siglo de su fundación, lo mantiene con vida artificial.

Conectado a unas cuantas curules, el PRI mantiene una fugaz existencia.

 

**

Desde el 2018 y en el 2024, los priistas que quedaban en el PRI migraron hacia Morena.

Los viejos cuadros priistas se sienten más identificados con el nacionalismo soberanista de Morena y con el populismo izquierdista de Morena, que con los sueños primermundistas del último presidente priista (2012-2018), Enrique Peña.

Los viejos cuadros priistas aportaron lo que el nuevo PRI desechó, en el horizonte político de la Cuarta Transformación.

(Otros priistas migraron hacia el PAN.)

En el 2024, el mayor error de la cúpula del PRI fue no postular a la priista socialdemócrata, Beatriz Paredes.

Paredes es una mujer lúcida con un pensamiento progresista.

Esa decisión, marcó una crisis profunda para el PRI.

Al perder el perfil que le quedaba y mimetizarse con el PAN, se creó el PRIAN.

El PRIAN es un mixup del PRI neoliberal con el PAN aliado al viejo PRI.

La fórmula que en la “transición democrática” dio la apariencia de democracia en nuestro país.

Un espejismo ficcional que sólo sirvió para que sus dirigentes tomaran algunas posiciones.

Si Morena hoy guarda una posición hegemónica es porque el PRI y el PAN dejaron de ser opciones para el electorado.

Los electores evaluaron que la continuidad de la Cuarta Transformación es una mejor opción que el regreso a los experimentos del PRIAN.

En esa decisión del electorado no hay un retorno al “autoritarismo”.

Ni tampoco hay una nostalgia por el pasado.

Los electores de otros países también se han alejado del pasado neoliberal: Brasil, Colombia y Chile.

Recientemente, Inglaterra y Francia.

Hay una recomposición del orden político en el mundo.

En México, la disputa democrática será al interior de Morena y de la Cuarta Transformación.

El PRI se ha vuelto el nuevo PARM.

Esa es una decisión política de los cuadros que se quedaron con la franquicia del PRI.

Se quedaron, en un acto de lealtad ritual, a darle el adiós al PRI.

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