El Centro de Simulación y Prácticas Profesionales de la BUAP tiene, entre sus orígenes, uno que la rectora Lilia Cedillo calificó como “el penoso caso de los Lobos”.
Se refería al equipo de futbol que en la pasada administración fue utilizado como negocio particular y que, en consecuencia, transitó por los larguísimos caminos del litigio, los juzgados y hasta las amenazas dobladas de chapuzas.
Ese largo camino culminó cuando los actores legales se reunieron y acordaron una salida que todos querían: la de la conciliación.
En consecuencia, el empresario Mario Mendivil, quien había depositado 90 millones de pesos, desde junio de 2019, en el Tercer Juzgado de lo Civil, entregó dicha cantidad a la Tesorería de la BUAP.
Con esos recursos, más 60 millones más, la rectora Cedillo construyó el Centro de Simulación, único en todo el país, que fue inaugurado este miércoles.
Tanto la rectora como el gobernador Sergio Salomón agradecieron en sus discursos la gran disposición de Mario Mendivil, quien ocupó su lugar en la primera fila.
“Su padre —le dijo al empresario la doctora Cedillo— estaría muy contento de ver sus acciones”.
Y es que el progenitor del empresario tuvo como profesión la medicina.
Gran final para un tema “muy penoso”, como lo calificó la rectora.
La ruta de la negociación inició con una comida en el restaurante La Conjura.
Ahí llegamos Mario Mendivil, el también empresario Toño Álvarez, José Manuel Alonso, secretario general de la BUAP; Edwins García, titular de Comunicación Social de la universidad, y quien esto escribe.
A partir de ahí, los encuentros se sucedieron entre ellos y la doctora Cedillo.
Incluso el propio gobernador participó en algún momento en los felices acuerdos.
No siempre las negociaciones tienen un final feliz.
Ésta lo tuvo para bien de la salud en Puebla.
Noroña y el Senado. Vestido de Evo Morales, como es su costumbre, Gerardo Fernández Noroña asumió este miércoles la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado de la República con el único voto en contra de su enemiga a muerte: la senadora Lily Téllez.
Con el puño en alto, como también es su costumbre, Noroña celebró su triunfo, mismo que tuvo su origen en un chantaje hecho a la doctora Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México.
Cómo olvidar que nuestro personaje se tiró al piso ante la falta de cumplimiento en los acuerdos entre los aspirantes a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República.
Vapuleado hasta por el presidente López Obrador, Noroña acudió a un encuentro privado con la doctora Sheinbaum en el que negoció la posición que hoy ocupa.
Al salir de la misma, dijo que ella se había comprometido “en algo”.
(Ya se vio en qué).
Y vaya que lo cumplió.
Ya se ve que las pataletas en la política mexicana a veces rinden su fruto.
La duda que mata es una:
¿Cómo le hará Noroña para evitar que la bilis se imponga a su nuevo ánimo conciliador?
¿La Presidencia de la Mesa Directiva domará su tradicional iracundia?
¿Cómo contendrá su enojo ante las constantes provocaciones de la senadora Téllez?
Esta legislatura será brutal, pero por morbosa.
Saquen las palomitas que el circo será memorable.