En Huauchinango, el alcalde Rogelio López Ángulo halló una forma muy novedosa de gastar el presupuesto.
Primero empezó a hacer rampas para discapacitados en las banquetas, pero ahora, para sorpresa de todos, ya las rellenó.
Como en todos los casos extraños, aquí también hay que seguir la ruta del dinero.
Y es que una obra de esta naturaleza, por más que parezca absurda, utiliza recursos públicos.
Es como hacer un hoyo en una calle para luego taparlo.
El célebre Varguitas, presidente municipal de san Pedro de los Saguaros, inauguró una tradición en la película “La ley de Herodes”: la de robar indiscriminadamente basándose en una Constitución hechiza.
López Ángulo es uno de sus alumnos más aventajados.
Hace poco, un empresario local me dijo que Rogelio había sido una gran decepción.
Tras un primer periodo en el que hizo mediana obra, ahora no ha hecho prácticamente nada.
“Lo veo desganado para trabajar, pero no para gastar el presupuesto”, añadió.
El municipio recibe al año unos quinientos millones de pesos.
En sus casi tres años, el presupuesto ha ascendido a los mil quinientos millones.
La obra más emblemática —el nuevo mercado municipal (sin estacionamiento)— lo está haciendo el gobierno del estado.
El monto de la obra será de 140 millones, de los cuales el gobierno del estado pondrá 110.
Es decir: nuestro Varguitas habrá de colaborar con 30 millones.
Si hacemos cuentas, de los mil quinientos que se gastará hasta octubre próximo —cuando por fin se vaya—, le quedarán mil cuatrocientos setenta millones.
Ahora se entiende por qué buscará la reelección pero ahora por Morena.
Por cierto: el jardín central se ha vuelto desde hace tiempo un auténtico chiquero gracias a las decenas de puestos de hamburguesas que hay en el lugar.
Y es que Varguitas —con la Constitución en la mano— decretó que el platillo típico ya no sean las tradicionales enchiladas sino las hamburguesas.
¡Qué agusticidad, por vida de Dios!
Nota bene: López Ángulo apoyó con todo a Julio Huerta durante el proceso interno de Morena y bloqueó convenientemente a los armentistas.
Ahora, faltaba más, apoya con todo a Alejandro Armenta.
¡Viva la revolución!
