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sábado, septiembre 28, 2024

El Gabinete de la doctora Sheinbaum (Primeras señales)

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Si el hipócrita lector entra a un restaurante y se encuentra en la mesa de al lado a Juan Ramón de la Fuente, Rosaura Ruiz, Alicia Bárcena, Marcelo Ebrard, Ernestina Godoy y Julio Berdegué, ¿les daría las buenas tardes o los injuriaría?

Una buena mayoría de los borrachos de esa cantina llamada Twitter (nunca X) celebró la llegada de esos hombres y mujeres al gabinetazo de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

Y es que son gente seria, profesional y dueña de una hoja académica y de servicios francamente notable.

Es claro que este equipo participará en la revisión conjunta del Tratado Comercial de México, Estados Unidos y Canadá en 2026, pero, sobre todo, tendrá que negociar con el gobierno de Donald Trump —en el escenario muy factible de que regrese a la Casa Blanca— las medidas terroristas que ha venido adelantando en sus discursos: la expulsión inmediata de los millones de indocumentados y la intención de imponer un arancel del 5 por ciento a todos los productos que lleguen de México a Estados Unidos.

En otras palabras, el gabinete de la doctora Sheinbaum —cuando menos en su primera tanda— está integrado más por negociadores que por almidonados secretarios de despacho.

Ebrard, De la Fuente y Bárcena conocen perfectamente a Trump y saben cómo desfacer entuertos.

Ésta es una gran noticia en un contexto como el que viene.

Los primeros seis nombramientos —sumados al de Rogelio Ramírez de la O, en Hacienda— han empezado a tranquilizar no sólo a los borrachos de la cantina tuitera sino a los volubles mercados financieros.

Los perfiles son de primera.

El hecho de que surja una nueva Secretaría relacionada con la ciencia es una gran noticia, pues en los últimos años los investigadores y académicos ligados a esa actividad no la han pasado muy bien.

Como buena científica, la virtual presidenta electa respeta a esa comunidad.

Al frente de dicha secretaría estará Rosaura Ruiz, quien fue directora en el pasado reciente de la facultad de Ciencias de la UNAM.

Si las tandas del gabinetazo continúan así —con ese extraordinario nivel—, el escenario de los que será el próximo gobierno enviará magníficas señales.

Para quienes creían que se iba a privilegiar el activismo morenista por encima de la excelencia académica —el ‘noroñismo’, pues—, son inéditas noticias.

El siguiente jueves habrá que estar atentos a la segunda tanda.

Si es como la de este día, genial.

Simplemente genial.

 

Claudio X. González o la perra soledad del poder. Las imágenes son brutales.

Uno de los hombres más poderosos —económicamente hablando— del país aparece en cuatro momentos a la espera de un encuentro privado con la doctora Sheinbaum:

En la primera imagen se le ve encorvado, nervioso, con un papelito —que parece nota de tintorería— en una de las manos.

Hay que decirlo: está sentado en uno de los brazos de un largo sillón.

La segunda imagen muestra al mismo hombre metido en la soledad de un salón vacío.

Ahí están sólo él y el fotógrafo de La Jornada.

En la tercera imagen, se le ve de pie, otra vez encorvado, haciendo como que lee una placa.

La soledad es apabullante.

Y en la cuarta imagen se le ve caminando con las manos hacia atrás, metido en un gesto verdaderamente atribulado.

Eso sí: su atuendo es brutalmente caro: el saco de tweed, los zapatos italianos, el casimir del pantalón, la seda de la corbata…

No obstante, es más apabullante la espera.

O mejor dicho: la imagen de la espera.

O siendo más explícitos: el hecho de que La Jornada, el diario que se lee en Palacio Nacional, sea el que haya publicado la trama en su cuenta de Twitter.

Vea el lector:

“Claudio X. González Laporte, uno de los mayores detractores del mandatario @lopezobrador_, estuvo presente en el encuentro de empresarios con @Claudiashein. Antes de concluir la reunión abandonó el salón principal y se dirigió a una sala contigua, en donde aguardó una entrevista que solicitó previamente con la virtual presidenta electa. Después de un tiempo, Juan Ramón de la Fuente, ingresó al lugar y le informó que no sería posible hablar con la ex jefa de Gobierno”.

Ufff.

Sin palabras.

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