El PRD en Puebla fue la expresión final de un conjunto de fuerzas partidarias de izquierda en el estado, en noviembre de 1987, sus viejos dirigentes se dieron cita en la casa de los Hermanos Serdán para formalizar la construcción de esta nueva organización. Después de haberse diluido por decisiones de la entonces burocracia del extinto Partido Mexicano Socialista (PMS).
A estos esfuerzos de unidad también se sumaron la expresión local de la corriente democrática del PRI. Misma que a nivel nacional encabezó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano y Porfirio Muñoz Ledo, como sus cabezas visibles.
Después llegarían las coordinaciones y direcciones provisionales para darle forma a dicho partido, en donde se integrarían varios grupos políticos y otras expresiones sociales.
Habría que decir que la disputa por los espacios burocráticos en el nuevo instituto partidario, pronto hicieron su aparición y todos buscaron ser líderes.
Eduardo Fuentes de la Fuente sería su primer dirigente formal y establecería un acuerdo político con el PAN en defensa del voto, en los tiempos del gobierno de Manuel Bartlett.
Después, una corriente local invitaría a Luis Miguel Barbosa Huerta (miembro del PRI) para afiliarlo y hacerlo su candidato a la presidencia de dicho partido; en unas elecciones internas cuestionadas, se hace del control partidario. Más adelante formalizaría su adhesión a la corriente nacional de los Chuchos para lograr una diputación federal plurinominal y después llegar al Senado de la República.
Así el PRD, bajo el control político del finado Barbosa Huerta, en 2010, la llamada izquierda asume una alianza electoral con el PAN, para impulsar a Rafael Moreno Valle a la gubernatura del estado. Bajo la estrategia política de derrotar al PRI y al marinismo en Puebla.
Llega al poder el exgobernador Moreno Valle, y en su administración estatal pocos son los espacios que le entrega al perredismo poblano.
Más adelante, las relaciones políticas de Barbosa Huerta entran en crisis con el morenovallismo y se da su rompimiento, uno de los presuntos motivos fue el no cumplimiento de acuerdos. Años más adelante se vería reflejada en el gobierno de Antonio Gali Fayad y después con su salida de la fracción de senadores del PRD. Obvio que la crisis y el declive electoral de este partido no solo se debe a lo antes escrito, tiene más explicaciones teóricas y políticas, que se conjuntan con otros factores partidarios que lo han conducido a su marginación electoral y a la pérdida de su registro local en varios estados.
En Puebla, en sus mejores momentos llegó a tener hasta tres diputaciones locales plurinominales, después fue minando su presencia en el Congreso y actualmente no cuenta con ninguna representación parlamentaria.
Los municipios que gobierna disminuyeron hasta en un 90 por ciento, en el 2024, solo como partido tiene unos seis ayuntamientos y en alianza dice contar con 14 cabeceras municipales. Ninguno de ellos es importante
En el proceso 2015–2016, con Roxana Luna Porquillo, como su candidata a la gubernatura, sólo logró 75,173 votos.
Para las elecciones ordinarias de 2017–2018 fueron en alianza con el PAN, Convergencia, Compromiso por Puebla y PSI. Obtuvo el triunfo Martha Erika Alonso.
En 2019, en las elecciones extraordinarias locales, en alianza con el PAN y MC, este partido (PRD) solo aportó 43,963 votos. Es decir, su votación ha venido a la baja.
Solo como ejemplo de caso, diremos que en el proceso intermedio del 202 –2022, en la capital poblana, el Sol Azteca aportó al triunfo de Eduardo Rivera Pérez, 9,544 de los 318, 424 votos que obtuvo.
Conclusión: Lejos está este instituto partidario identificado años atrás con la izquierda mexicana, de volver a ser una alternativa electoral para los ciudadanos. Sus crisis permanentes, los errores y el control político de dos de sus corrientes nacionales, después del 2010 en Puebla y del 2012 a nivel nacional, lo han conducido a un lento debilitamiento que amenaza con su desaparición como partido.
Lamentable para una expresión partidaria que quiso ser la representante de la izquierda en el país.
