El problema social del ambulantaje se ha convertido en un tema prioritario para los gobiernos de las principales ciudades del país, este es multifactorial, puesto que intervienen muchos factores sociales, económicos y políticos.
Hasta ahora, ninguna autoridad ha podido ofrecer alternativas viables o posibles para poder contenerlo o, en su caso, evitar su crecimiento desordenado en las calles de las principales capitales. Es más, se toleran y en la mayoría de las veces, solo administran a los grupos u organizaciones que los controlan.
Se puede asegurar que estos llamados sectores informales de la economía jamás saldrán o dejarán sus lugares en las calles de los centros históricos.
Tampoco de la noche a la mañana van a desaparecer, sobre todo porque sus formas económicas del comercio irregular les generan una sobrevivencia familiar y son cadenas sociales que los mantienen con empleo informal.
Asimismo, estos grupos de comerciantes irregulares o sectores vulnerables de la economía (neoliberal) también responden a coyunturas electorales e intereses partidarios. Es decir, quien gobierna o gana un ayuntamiento local, de una u otra forma, establece relaciones de complicidad y apoyo con estos grupos marginales, compuestos por una diversidad social en donde existe de todo.
Sirven de banderas partidarias en tiempos electorales, en donde les prometen mayores espacios. Después, cuando triunfa un organismo diferente, enfrentan situaciones de desalojo y tratos legales diferentes.
Las propias cámaras de comercio grandes y pequeñas se enfrentan de manera constante con estas situaciones. Es más, han tenido que aprender a convivir con ellos en los espacios propios de venta.
Algo que no es desapercibido, actualmente en las urbes, son las nuevas demandas urbanas, por un lado y por el otro los ciudadanos exigen más movilidad y mejores zonas peatonales. A lo anterior debemos sumar que hay una creciente ola de turismo en tiempos vacacionales y que las administraciones municipales no pueden resolver sus necesidades y sus efectos.
De ahí el rescate de las ciudades capitales, sus centros históricos o los pueblos mágicos. Tiene más costos económicos y materiales.
La movilidad requiere de calles y banquetas libres para transitar, además de seguridad, porque esto genera lazos de comunidad ante la exclusión y el crecimiento vehicular.
Obvio que el ambulantaje no está pensando en esto porque estar en la ilegalidad solo les permite ver y pensar en sus puestos para vender. Ellos no están informados de las transformaciones urbanas que requieren las grandes ciudades, solo tienen un objetivo común: establecerse en las calles, lo demás no les importa o interesa.
Tan solo basta recordar, ¿cuántos años llevan los ambulantes instalados en la ciudad? Que recuerde, desde principios de los 80’s algunas organizaciones conocidas, como la 28 de Octubre, ocupó las calles cercanas a la 18 poniente, ahí instalaron su corralón.
Después fueron desalojados y surgieron otros grupos que ocuparon el espacio vacío dejado por estos.
Un argumento central fue aquel que sostenía que los ambulantes nacen ante el desempleo y la crisis económica que vivía el país. Otro fue el de darle espacio a los campesinos para que vendieran sus productos. Hoy tienen otras demandas.
De igual forma, poco a poco se han venido multiplicando los grupos que venden de manera informal, también ha aparecido Antorcha Popular, que han pasado a controlar calles. Ayer, unos estuvieron en la CNOP del PRI, hoy coinciden con los ayuntamientos, mañana estarán con otras administraciones.
Han pasado diferentes gobiernos de todos los colores y nadie aborda de fondo estos asuntos sociales que representa el mercado informal, solo hacen acuerdos para darles permisos y luego los desalojan.
Conclusión: Sin duda alguna que el problema de los ambulantes requiere de alternativas viables y nuevas formas de diálogo que tomen en cuenta todos los factores. El cabildo de la ciudad debe agendar estos temas y discutirlos sin temor alguno, son la instancia. Porque actualmente no hay forma de que abandonen las calles.
Nota al calce: Cualquier gobierno o universidad que invierta en la educación de los estudiantes estará construyendo y generando grandes beneficios sociales en favor de los jóvenes. Además, les estará dando las alternativas para que sigan estudiando.
La inauguración de grandes espacios en CU2 es un gran triunfo de su rectora en alianza con el gobierno estatal.