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jueves, noviembre 21, 2024

La Torre Latino y una propuesta

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I. Los rascacielos de la ciudad de México

En 1950 se realizó la primera transmisión de televisión -el informe de gobierno del presidente Miguel Alemán- desde el edificio más alto de ese momento, el hermoso “rascacielos” art-déco que alberga la Lotería Nacional, junto a la cual se colocaría décadas después una escultura icónica: el caballito de Sebastián, el gran escultor mexicano. 

En esta historia de los rascacielos, después vendría, con sus 188 metros de altura, la Torre Latinoamericana y más adelante el hotel de México con su restaurante giratorio. 

En las últimas décadas surgieron la Torre Mayor, la Torre Reforma, Punto Chapultepec y la Torre BBVA, todas casi juntas, en Paseo de la Reforma muy cerca del edificio del IMSS. Hoy, en 2023, el edificio más alto está en el sur de la ciudad, la Torre Mitikah, con 267 metros de altura. 

Dos buenos amigos, Hilda Sitges y Diego Mejía, tuvieron a bien convocar a un grupo de poetas y narradores a escribir sobre la Torre Latinoamericana. El resultado es un hermoso libro, Evocaciones de la Torre Latinoamericana, con prólogo de Adolfo Castañón, quien señala: “A sus pisos subieron no pocos escritores. Uno fue Guillermo Samperio, director de literatura de Bellas Artes. La Torre Latino quedó afincada en el imaginario contemporáneo de México como uno de esos lugares de la memoria por donde pasa y ha pasado la historia”. 

En el libro podemos encontrar a las poetas Carmen Nozal “Mientras los peces de la torre / no requieren guardar secretos / porque son ligeros, flotan” y Leticia Luna “el sueño inaplazable / de esa utopía llamada país / -que alcanza el cielo desde el mirador de la Torre Latinoamericana-; / por un momento escaso / es el ojo puesto en el telescopio / que ve pasar la Historia”. 

Encontramos a los narradores Juan Villoro “En ese rincón de la ciudad coexisten “modernidades” de cuatro generaciones de mi famlia”, Héctor Iván González, quien nos cuenta la historia de un hombre que, como Lot, volteó y… (lo averiguarán al leer el cuento); Leopoldo Lezama, quien imagina un diálogo entre el jovencísimo Juan Rulfo y su mentor, Efrén Hernández, el autor del famoso cuento “Tachas”; Marco Tulio Lailson, que viaja en el tiempo y nos recuerda que el predio donde está asentada la torre fue un templo franciscano, asì como muchos otros cuentos y poemas. 

Allí encuentro a amigas y amigos muy queridos: Lidia Barbachano y Rodolfo Mata, Jassin Antuna, Marlene Pasini, Gabriela Couturier, Mariana Bernárdez, Asmara Gay, junto con plumas más jóvenes a quienes leo, con placer, por primera vez. Y claro, allí están también con sus textos los antologadores de este bello libro.   

 

II. Una propuesta para Mario Alberto Mejía

Querido Mario Alberto, héroe de mil batallas, director de Hipócrita Lector: Recuerdo que nos conocimos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en donde nos encontrábamos en el aeropuerto nuestra querida Elsa Susana Castro Rea, Sergio Negrete, Angélica Colín, Darío Galicia y Ana Clavel, entre muchos amigos -por cierto, acabo de presentar Por desobedecer a sus padres, la estupenda novela que Ana dedicó a Galicia, nuestro poeta maldito, el Oscar Wilde de Filos, convertido en personaje por los infrarrealistas-. 

Muchas aventuras nos han reunido a lo largo de los años. Hoy, me brindas este espacio semanal, en el que ya cumplí más de un año, gracias a tu generosidad y a la de los lectores de estas líneas. 

Te propongo, ahora, que coordines un libro similar al de la Torre Latinoamericana, sobre alguno de los recintos emblemáticos de Puebla. ¿La pirámide de Cholula? ¿La Catedral? ¿El Museo Internacional del Barroco? ¿El Museo Amparo? ¿La Biblioteca Palafoxiana?  

Tendrás que elegir y convocar a las plumas que convertirán a uno de estos espacios en una casa de palabras, donde confluyan el pasado que albergan estas construcciones, el presente de la escritura y el futuro en el que un lector encontrará esas palabras, días, meses, años o décadas después de haber sido escritas. Seguramente encontrarás plumas entusiastas y talentosas, así como los apoyos necesarios para hacer realidad el libro que te propongo. Ya nos veo presentándolo. Que así sea.  

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