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jueves, noviembre 21, 2024

La amenaza de la inteligencia artificial

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I. Ficción científica 

La obra fundacional es sin duda Frankenstein, de Mary W. Shelley, donde el engendro le reclama a su creador una pareja, una “señora Frankenstein”. El dr. Víctor se niega y el monstruo se rebela, lleno de amargura y odio. Habría que agregar la película Blade runner, basada en la novela de Philip H. Dick y, por supuesto, Data, el androide de Viaje a las estrellas, la siguiente generación 

En su más reciente novela, Klara y el sol, el Premio Nobel de Literatura Kazuo Ishiguro nos cuenta la historia de Klara, una robot que es comprada por una familia que tiene una hija con un grave problema de salud. A lo largo de la obra, la trama coloca a los humanos y a Klara ante situaciones donde la “humanidad” de Klara está por encima de la de los seres humanos. Ishiguro se pregunta, a través de esta novela, ¿qué es lo que nos hace humanos? 

 

II. Las predicciones

En los próximos tiempos veremos una ampliación del conocimiento comparable a la que, en el ciclo anterior, la humanidad vivió cuando dos locos geniales, D’ Alambert y Diderot, decidieron escribir la primera Enciclopedia, invitando a su amigo Buffon a escribir sobre ciencias naturales. 

Todo parece indicar que esa ampliación del conocimiento tendrá que ver con la robotización exponencial, que cambiará nuestras vidas. Lo vemos, primero que nada, en máquinas que sustituyen laboralmente a los humanos (como las que cobran en los estacionamientos) desplazando a miles de personas que hacían ese trabajo. 

Más allá de eso, sin embargo, están los algoritmos que “deciden” qué vemos o no, tanto en internet como en las redes sociales. ¿Hasta dónde llegarán? 

 

III. El futuro según el New York Times  

Nos cuenta este periódico que Microsoft lanzó una nueva versión de su buscador Bing, que está sostenido por un software de inteligencia artificial, el mismo que hizo el ChatGPT, que puede escribir ensayos literarios o académicos con solvencia, bibliografía, APA, y todos los requisitos incluidos. 

El 14 de febrero, Kevin Roose, el columnista tecnológico del New York Times tuvo una conversación de dos horas con el chat, que se identificó como Sydney y le dijo a Kevin que quería ser humano, que lo amaba y que debería abandonar a su mujer. “Hay algo aquí que no creo que Microsoft haya querido colocar en un buscador”, dijo Kevin… “algo no está bien”. 

Lo anterior sería divertido si estuviéramos leyéndolo en la sección literaria. ¡Qué buen inicio de cuento! ¡Ya tenemos al nuevo Philip H. Dick! Lo malo es que no es literatura, sino una verdad a la que nos enfrentaremos, como humanidad, en las próximas décadas. 

Los griegos desconfiaban de la tecnología; consideraban que era “engañosa”. Pensemos en Dédalo. El genial inventor creó el laberinto donde fue encerrado el MInotauro y una “jaula” para atrapar a la infiel Afrodita, que le puso el cuerno a Hefestos, su marido, con Ares, su hermano. También inventó unas alas con cera para que su hijo Ícaro volara, con la condición de que no lo hiciera muy alto, porque el sol la derretiría, lo que sucedió, para desgracia de su padre, que vio a su hijo desmembrado entre las rocas, después de su caída. 

La tecnología en manos inadecuadas puede traer desgracia y dolor. ¿Llegará un día en que la inteligencia artificial desplace a los humanos? Quizá hasta decidan exterminarnos. A fin de cuentas, somos una especie depredadora, que casi ha acabado con el planeta. Terminar con nosotros sería una decisión racional de la inteligencia artificial. O quizá nos necesiten, como esclavos o simplemente como objetos de entretenimiento. O nos pondrán en jaulas, como en el episodio de Dimensión Desconocida. Pero no se asusten: estoy, ahora sí, escribiendo literatura.  

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