I. El arte de la novela
Dice Milán Kundera, en el ensayo La desprestigiada herencia de Cervantes incluido en el libro El arte de la novela: “Para mí el creador de la Edad Moderna no es solamente Descartes, sino también Cervantes. Cuando Dios abandonaba el lugar desde donde había dirigido el universo y su orden de valores, separado el bien del mal y dado un sentido a cada cosa, don Quijote salió de su casa y ya no estuvo en condiciones de reconocer el mundo. (…) Comprender con Cervantes el mundo como ambigüedad, tener que afrontar no una única verdad absoluta sino un montón de verdades relativas que se contradicen, es la sabiduría de la novela. Una sabiduría de la incertidumbre, difícil de aceptar y comprender”.
La mejor novela de la literatura española, quizá de la literatura, es El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, salida de la pluma de Cervantes, quien hace unos días, el 29 de septiembre, cumplió años. Nació en 1547 en Alcalá de Henares, el día de san Miguel.
II. Cervantes sobre sí mismo
En el prólogo a Novelas ejemplares, de 1613, Cervantes escribe: “Mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que a los cincuenta y cinco de los años gano por nueve, y por la mano. A esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación, y más que me doy a entender (y es así) que yo soy el primero que he novelado en lengua castellana; que en las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas, mi ingenio las engendró y las parió mi pluma y van creciendo en los brazos de la estampa”.
III. Su muerte en 1616, el mismo año que la de Shakespeare.
Si bien con calendarios distintos, el mejor escritor en lengua española y el mejor en lengua inglesa murieron el 23 de abril de 1616, razón por la cual se eligió esta fecha como el día mundial del libro. Hace cuatro años, Hernán Lara Zavala publicó Caminos cruzados: Cervantes y Shakespeare a 400 años, un ensayo publicado por la UNAM que vale la pena leer porque da luz sobre las coincidencias y diferencias entre estos dos genios.
IV. El epitafio de Cervantes, de Francisco de Urbina.
Caminante, el peregrino
Cervantes aquí se encierra;
Su cuerpo cubre la tierra.
No su nombre que es divino.
En fin, hizo su camino;
Pero su fama no es muerta.
Ni sus obras, prenda cierta
De que pudo a la partida.
De ésta a la eterna vida,
ir la cara descubierta.
V. Borges y Cervantes
Quizá el mejor escritor en nuestra lengua después de Cervantes fue Borges. Dijo del autor de El Quijote: “Quevedo hubiese podido corregir una página de Cervantes, pero no hubiese podido escribirla”.
El maestro argentino le dedicó un soneto que me conmueve profundamente. De genio a genio.
Un soldado de Urbina
Sospechándose indigno de otra hazaña
como aquella en el mar, este soldado,
a sórdidos oficios resignado,
erraba oscuro por su dura España.
Para borrar o mitigar la saña
de lo real, buscaba lo soñado
y le dieron un mágico pasado
los ciclos de Rolando y de Bretaña.
Contemplaría, hundido el sol, el ancho
campo en que dura un resplandor de cobre;
se creía acabado, solo y pobre,
sin saber de qué música era dueño;
atravesando el fondo de algún sueño,
por él ya andaban don Quijote y Sancho.
CODA: Estimado amigo que lees estas líneas en Hipócrita lector: ¿Quieres celebrar el cumpleaños de Cervantes? Abre El Quijote en cualquier lugar y lee un capítulo. Nos hace falta contagiarnos de un poco de locura, de la buena. Es mejor leer a un loco genial que estar rodeado de ignorancia, estupidez y mala fe.