12.3 C
Puebla
sábado, noviembre 23, 2024

Xóchitl Gálvez, ¡ni cómo ayudarla!

Más leídas

Estoy rodeada de gente que piensa que votar por Xóchitl Gálvez es una muy buena opción. Yo les pregunto por qué, y la mayoría suele contestar los lugares comunes que repiten los tuiteros que detestan a AMLO y que por ende desprecian a Claudia. La cantaleta de que si llegaremos a ser como Venezuela, que si el autoritarismo, que si se van a robar el dinero de los trabajadores, etcétera.

Cuando esta clase de conversación se da, no me pongo beligerante como AMLOVER puesto que no lo soy. Estoy muy lejos de serlo porque sí he tenido mis ratos de criticar al presidente. Estoy convencida de que cromarle el ego a los políticos es la peor cosa que se puede hacer porque acaban enloqueciendo. Ahora bien, una cosa es que no sea una peje fan y otra muy distinta que se me cruce por la mente la idea de votar por una señora que no sabe hablar (literal), no propone absolutamente nada en firme y que ha construido una campaña chafísima a partir de volverse la tía malvibrosa que solo pretende lavar la ropa sucia de la vecina sin ver el marranero que hay en su casa.

En los tres debates, la participación de Gálvez fue desagradable, básica, de plano de muy bajo nivel. Empezando por sus gesticulaciones de, repito, señora envidiosa que grita feo y fuerte con tal de hacerse notar.

Regreso al tema de mis conocidos que votarán por este personaje sólo porque hacen demasiado caso de lo que oyen y ven en redes.

Cuando intentan debatir sobre el temor que les da que llegue Claudia Sheinbaum al poder, simplemente les hago tres preguntas: 1. pasaron ya seis años, ¿ganas menos? ¿Te fue peor que antes? Lo piensan y la respuesta es no.

2. ¿Ya estamos como Venezuela o Cuba después de seis años de AMLO? Yo te veo gastando sabroso en cosas inútiles y dando tarjetazos sin parar.

Lo piensan y menean la cabeza, lo re-piensan pero argumentan que para llegar a eso es un proceso que seguro se acentuará con la doctora.

Y la tercera pregunta, que generalmente les apena contestar, pero acaban confesando, es que pese a su fobia por AMLO y lo que representa, todos ellos (lo mayores de 65) aunque sean ricos y despotriquen y vayan a la marcha rosa, asisten cada bimestre a cobrar sus seis mil varitos del Bienestar. Y los diferentes usos que le dan a esa lana son curiosos, puesto que no les hace falta, así que los van a gastar al Bingo o se compran una botella de vino.

Aún así, será complicado que cambien de opinión y votarán por la señora Gálvez, quien llegó ahí por una mera ocurrencia y la desesperación de una oposición famélica y quemada.

Artículo anterior
Artículo siguiente

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img