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jueves, noviembre 21, 2024

Roe contra Wade

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Los derechos reproductivos de las mujeres han sido alcanzados en muchos países con gran esfuerzo, con cárcel y sangre. Hace tiempo Hilary Clinton dijo claramente que los derechos de las mujeres y de la reproducción eran derechos humanos y punto. No podemos estar más de acuerdo. Cuando alguien muere para que sus órganos puedan ser utilizados la persona tuvo que haber consentido y firmado. Un cadáver, entonces, tiene más derechos que una mujer en algunos lugares donde el derecho al aborto no existe e incluso puede ser penalizado. En Texas, por ejemplo, la nueva y terrible ley permite que los vecinos denuncien a quien se ha practicado un aborto, incluso en otro estado. 

Todo esto viene a cuento porque se ha filtrado un borrador de consenso escrito por el magistrado Alito en la Suprema Corte de los Estados Unidos. Dicho documento tira por la borda la ley imperante que surgió después del caso que da título a este artículo. Desde entonces, a nivel federal los derechos reproductivos y la libertad de elegir eran protegidos. Alito dice en su borrador que dicha jurisprudencia estaba equivocada desde el principio, que los fetos son seres completamente formados con derechos propios. El retroceso es brutal, son al menos treinta años los que se salta para atrás.  

Hace tiempo tuve la oportunidad de presentar a Salman Rushdie en la FIL. En las conversaciones tras el escenario me dijo que estaba asustado del triunfo posible de Trump. No es el daño que le haga al país su presidencia, eso se puede contener después de cuatro años. Es el daño de una generación entera que se hará si logra imponer una mayoría conservadora en la Suprema Corte, me decía. Y tenía toda la razón, por supuesto. El nombramiento de tres jueces conservadores inclinó la balanza por más de veinte años o treinta, debido a la juventud de al menos dos de ellos y que los cargos son vitalicios. Uno de los ataques a Biden en la campaña, por ello, consistió en decir que iba a “retacar” la Suprema Corte para resolver ese desbalance. Y Biden de hecho llamó a un grupo de expertos para saber qué hacer con la Corte, que más que suprema se ha vuelto Tremenda, como en el programa de Tres Patines. 

Es posible que en junio se dictamine y la polémica después de la filtración no se ha hecho esperar. Los grupos pro-vida están de plácemes y los activistas han salido a las calles en todo el país a protestar. Es terrible.  

¿Quién filtró el borrador? Al principio se pensó que era alguien de izquierda, un ayudante de magistrado quizá. Después los analistas más juiciosos han pensado que se trata más bien de un conservador porque al filtrar un documento de está índole se “protege” una votación de consenso, ya que difícilmente los jueces conservadores querrían verse como débiles o timoratos y casi se asegura que votaran a favor del infame texto de Alito. Por otro lado en las negociaciones entre el consenso y los disensos normalmente se da pie a que los liberales incorporen algunas frases que moderen el exceso conservador. Esto es más difícil aún debido a la filtración, ya que todo el texto está al alcance de quien quiera leerlo gracias al reportaje de Politico. 

Este será seguramente para Estados Unidos el mundo Post-Roe, un mundo terrible para las mujeres y para los derechos civiles y humanos. Criminalizar el aborto nuevamente está ya provocando no solo ira sino confusión y miedo. No solo para quienes optan por someterse a un procedimiento sino para quienes los practican legalmente en el país. Uno debería preguntarse aquí como Ibargüengoitia, ¿dónde aprende la gente a pensar tan mal? ¿En la escuela, en la iglesia, en la familia, en los libros de texto? Pero a diferencia de las respuestas del gran escritor mexicano las nuestras son pesimistas y no tienen humor alguno. La mayor parte de estas leyes son escritas por hombres, en un contexto heteronormativo y patriarcal donde las mujeres no tienen voz ni palabra y son vistas como criminales. Desde el punto de vista biológico y de desarrollo del embrión tampoco tiene sentido. Es poco científico. Pero qué podemos decir cuando una de las cosas que hemos aprendido de la pandemia es lo poco que la gente toma en serio a la ciencia.  

Estamos, con toda razón, aterrorizados. Así proceden los totalitarismos. La Suprema Corte no se parece al país en el que sentencia. Este es un país diverso racial, étnica y sexualmente. Es un país en su mayoría liberal, progresista y moderno. El hecho de que siga existiendo un Colegio Electoral y que la democracia no sea directa habla ya kilómetros de lo atrasada que está la democracia de los Estados Unidos para hacer el eco del mundo en el que vivimos. La división de poderes con los caprichos para nombrar a un nuevo magistrado, siempre politizados y corrompidos por la partidocracia, hace que no tengamos tampoco allí esperanza alguna. Ojalá la filtración del documento de Alito sea una llamada de atención brutal para todo lo que necesita cambiarse, empezando por la famosa opción “filibustera” en el Senado. Hay que volver a las mayorías, simplemente y hay que eliminar el Colegio Electoral. Solo así será posible que las elecciones representen la diversidad de un país excepcional que ha sido por décadas secuestrado por dos partidos políticos. 

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