Comenzaré describiendo el concepto Quilla Raymi. Aprovechando que el año 2024 terminó. Y también aprovechando que los pueblos indígenas y sociedades denominadas “vulnerables” están teniendo protagonismo inusual desde hace décadas en algunos países hispanoamericanos.
Las noticias más virales nos dan la razón. Grandes inventos sostenibles son creados desde los pueblos indígenas. Lo que provoca que el mundo continúe girando la mirada hacia los pueblos originarios, pero también genera nuevos cuestionamientos en torno al fenómeno cultural desde una perspectiva social, más que política. Aunque un gran porcentaje de las sociedades (mal llamadas minoritarias) han cambiado su propia perspectiva política para considerarse pueblos más visibles que otros.
El Quilla Raymi es una festividad ancestral en los Andes dedicada a la feminidad y a la fertilidad. Como el vocablo lo menciona, es la fiesta dedicada a la Luna. En voz quechua se traduce como “Quilla: Luna, Raymi: fiesta”.
El ritual milenario Quilla Raymi se celebra el 21 de septiembre de cada año, la festividad suele durar tres días aproximadamente, que son los días que dura el equinoccio de invierno, cuando la noche es más larga que el día.
Durante mi estancia en los pueblos indígenas de los Andes entendí la profundidad filosófica de esta festividad: Ofrendar, volverse parte del contexto, pronunciarse desde la práctica en los mismos niveles que la tierra y sus dimensiones. Tiempo-Espacio en conjunto. En una ofrenda se entrega la energía física, el cuerpo, la determinación de la mente para no agotarse y controlar el cuerpo, el espíritu; porque somos susceptibles ante la conexión con el contexto. Los recuerdos del inconsciente se desvelan, para poder entrar en la cuarta dimensión, la dimensión sobre natural, “extramundana” como la llamaba el Don Juan de Castaneda. Aquella dimensión que no se descubre y que suspende los sentidos, los intercala. Donde el fuego suena, donde el viento habla, donde el tacto se ve. Esa conexión se transmite en un ritual indígena. Se ofrenda a ‘la realidad’, no a la “madre tierra” porque eso es diminuto a comparación del Tiempo-Espacio, la realidad, la relatividad de Einstein.
Estuve en un ritual Quilla Raymi en Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Argentina. Descubrí que además de conectar con el entorno, este tipo de rituales hace lo que los yoguis llaman “alinear los chacras”, la fuerza energética que habita en los puntos energéticos de nuestro cuerpo. Los colores transmutados en sonido y resonancia.
Según los pueblos indígenas, la gente que no practica rituales de conexión natural suele tener los chacras desequilibrados, este desequilibrio genera patéticas depresiones, enfados innecesarios, inconformidad, desajustes hormonales, mentales, desconexión emocional y todos esos trastornos que tienen a la sociedad, como la adolescencia y la menopausia, trastornos inventados, normalizando las carencias y las vacilaciones. Eso aprendí en los pueblos, es la palabra de ellos y no la mía.
En un equinoccio como el Quilla Raymi se cuida el fuego sagrado, se bebe chicha (fermento de maíz), se come el animal ofrendado, se baila y se canta, no se duerme, porque así se pone a prueba el cuerpo, la mente y el espíritu, para entrar en la cuarta dimensión. La entrega. Todas las religiones tienen sentido, las culturas que las llevan perduran cientos de años.
Sinchi mama
YANA LUCILA LEMA (Poeta Kichwa).
Tamya warmi pakarimuni
Ninan warmi shamuni
Aychalla, pankalla
Mana pipa makipi wataytukushka
Kuyaylla chumpikunawanlla pillurishka
Ñuka samaypach tamya yaku urman shina
Wakakun
Ñuka aychapash pukushka ñawpa urkukuna
Shina munaylla Ñawpa mamakunapa ushay katimushka
Chinkarishka ayllukunapa puma aya tarimushka
Ñuka hatun
Mamani chayamushka,
Tamyashina, runtushina, yakushina purikun
Mishki shimikunata apamushpa
Kunkarishka takikunata uyachishpa
Paymi samushka
Paypakaman, may ninan millay warmi kashka
Mujer guerrera
Amanecí lluvia, abundancia, libertad
Atada solamente por los chumpi
Que dan forma femenina a mi cuerpo,
Suena igual que el aguacero mi respiro.
Mi cuerpo montaña de los antepasados en florecimiento
En mi alma, el alma de uno de mis finados: alma jaguar.
Que siempre me encuentra.
Es mi abuela que ha venido,
Como agua de lluvia,
Trayendo noticias de las mujeres
Canciones por miles de años calladas.
Es ella, muy dentro
Mujer guerrera en demasía. (Lema: 1-3: s/fecha).