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viernes, abril 19, 2024

El Redescubrimiento de España, hacia una desglobalización

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(Ensayo crítico a partir de la obra de Delgado Gómez-Escamilla) 

 

La relación principal entre América Latina y España, mayoritariamente se ha difundido desde el plano económico. 

Es bastante conocido que España destinaba sobre América Latina importantes flujos capitales, por lo menos en los últimos años.  

En el continente americano, España representa el segundo inversor después de Estados Unidos.  

Para el caso particular del país mexicano, la visualización de estos factores económicos representados como empresas, se vivió latentemente sobre todo después del Tratado de Libre Comercio aprobado en los años 80 en México. Un factor importante fue que en el mismo año se firmó el Convenio 169 de la OIT.  

Las empresas españolas y estadounidenses se hacían cada vez más visibles en el país. Hubo una importante afluencia de migrantes españoles. Varios de nosotros somos descendientes de esa temporada de migrantes que llegaron en los últimos 100 años. 

En la sierra norte de Puebla, México. Llegaron extranjeros franceses a apropiarse de terrenos inmensos para la construcción del primer complejo hidroeléctrico de América Latina.  

La situación energética del país ha sido tendenciosa y dirigida bajo intereses específicos. Con la actual desprivatización o redirección de la Energía Eléctrica en México, las condiciones para España cambiaron.  

Efectivamente, en el imaginario colectivo del latinoamericano se ve al español como el empresario que busca incrementar su capital, a veces a costa de cualquier cosa. 

El enfoque anterior se puede comprender si se analiza la problemática de las concesiones del Caribe mexicano. Donde los mayores inversionistas son canadienses, estadounidenses y españoles. Por no nombrar a los asiáticos. 

Es interesante el cuestionamiento de este trabajo. 

¿Dónde se posiciona América Latina en el horizonte exterior de España? 

La respuesta se da a partir de una perspectiva histórica de la política exterior hacia un enfoque más regional. Acotándolo al siglo pasado. 

Desde un punto de vista latinoamericano y crítico, la expansión económica de España y Estados Unidos en América no sólo es consecuencia de las emigraciones de los siglos XIX y XX de España a América. 

Ahora bien, el progreso se ve representado por medio de la infraestructura. Países con más o menos infraestructura y sus relaciones más globalizadas, menos globalizadas, o tendencia más o menos nacionalistas o regionalistas. 

En tanto a las relaciones culturales en América existe un prejuicio, como sugiere Da Bois, se tiene impregnada una doble conciencia de identidad, después del primer descubrimiento de América. Dos grandes culturas fueron unificadas, del modo que haya sido, sería indispensable no autonegarse.  

Justamente existe una proximidad entre España y América que va más allá de las ‘contingencias políticas’. 

La nación española se presenta como un suministrador cultural y unificador de la lengua y parte de la cultura a la mayor parte de un continente.  

Latinoamérica siempre ha sido considerada en las vertientes del poder y fuerza política, que, según el autor, ha sido desde España donde se ha diseñado su papel en el mundo.  

Esto es una realidad y un supuesto muy objetivo si se conoce la situación histórica de conjunción. Pero también hay que considerar que España también se diseña política y territorialmente gracias o en consecuencia de los circuitos comerciales con América.  

El descubrimiento de América le da al mundo un giro. Con este acontecimiento surge la globalización gracias a los acuerdos comerciales y a la influencia del modernismo que desemboca desde Francia a nivel mundial. Las nuevas formas de comercio y relaciones culturales denotaron un acontecimiento mundial que reorganizó el mundo de una manera compleja y dinámica.  

En América se establecen vínculos de valores sociales, por lo menos en las zonas urbanas, creencias religiosas y, sobre todo; la lengua. En este punto preciso hacer una acotación muy meritoria que tiene que ver con el reconocer que el español es la lengua con mayor extensión territorial del mundo, desde el actual sur de Estados Unidos, México, hasta Chile y Argentina. 

Quizás la diversidad o la multiculturalidad, se representa formada por grupos más marginados que otros. Este tema no permite reconocer que América Latina, además de ser el territorio con mayor índice de desigualdad, no se ha configurado como una comunidad cultural en un sentido objetivo o concreto, político y económico, como menciona el autor; ‘fermento de integración supranacional’. 

Dicho sea de paso, hoy inicia el Festival del Siglo de Oro Español en Salamanca, lugar donde volaron las plumas de Cervantes, Unamuno, Calderón de la Barca, Cristóbal Colón y Hernán Cortés. Y así de corteses se mostraron al invitar a una servidora para dar una Conferencia Magistral en la Sala Menor del Palacio de Congresos, con un tema que viene volando con pluma de cóndor desde los Andes, para ser soplada al viento salmantino y divulgada en la lengua de los mexicas que será escuchada por los oídos españoles del siglo XXI. En medio de este nuevo modelo social, cultural, económico y biológico que arropa con huipil la comprensión de la nueva Era, el despertar de la conciencia colectiva. 

 ¡Jallalla Tawaintisuyu, jallala Pachakuty! 

 

 

Bibliografía 

Gómez-Escalonilla, Lorenzo Delgado. “La Política Latinoamericana de España En El Siglo XX.” Ayer, no. 49, 2003, pp. 121–60. JSTOR, http://www.jstor.org/stable/41325190. Accessed 28 May 2022. 

Mejía C. S.(1945). Huauchinango Histórico, México: Magisterio. 

Todorov, T. (1989). La conquista de América: El problema del otro. México: Siglo XXI. 

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