En los últimos días, varios científicos alrededor del mundo han planteado la hipótesis de que
ómicron podría ser la variante que nos ayude a contener la pandemia. Esto se debe a que
es altamente transmisible, pero provoca síntomas menos graves.
Esta etapa es parte del ciclo natural de los virus: para sobrevivir tienen que mutar a formas
menos infecciosas, causando una enfermedad con síntomas más leves y con menor
letalidad, para así poder llegar al máximo número de huéspedes.
Es por eso que muchos virólogos y epidemiólogos suponen que esta variante pueda
convertir la pandemia en una endemia, es decir, que convivamos habitualmente con el virus,
pero que su efecto en población sea muy leve, lo que nos permitiría retomar un ritmo de
vida “normal”.
De ser correcto, ómicron se volvería la variante dominante, desplazando a delta, que ha
sido la mayor causante de muertes por la enfermedad. Si las personas se infectan con una
variante más contagiosa, pero menos letal significa que habrá menos muertes y por lo tanto,
la posibilidad de ver el fin de la pandemia.
Aún la situación es muy cambiante y tendremos que esperar algunas semanas para
corroborar si la hipótesis es correcta, pero el fin de la pandemia por coronavirus ocurrirá
cuando circule una variante muy contagiosa y con pocos síntomas, como es el caso actual.
Mucha gente va a contagiarse, pero presentarán síntomas de poco riesgo, como
escurrimiento nasal y fiebre por un par de días, y luego seguirán con su vida normal.
Cuando se dan este tipo de situaciones, la mayoría de las personas se contagiarán, pero
podrán salir adelante fácilmente, desarrollando verdadera inmunidad de rebaño.
Incluso, podemos comprobar esta hipótesis revisando las estadísticas actuales de los casos
por COVID-19: hay un aumento considerable en la demanda de pruebas PCR y los casos
positivos, pero no se ha reportado un incremento en casos graves, más bien un descenso o
estabilidad.
Esto no quiere decir que ya estemos libres de la pandemia. Hay que continuar con la
aplicación de las vacunas y sus refuerzos, seguir con el uso de cubrebocas, mantener la
sana distancia, evitar lugares concurridos y acudir al médico si se presenta algún síntoma,
por leve que sea.
Con precaución pero con optimismo, ómicron podría ser la variante que nos acerque al fin
de esta pandemia.
Es el momento de aprender de las lecciones que nos han dejado estos 2 años de
pandemia, reforzar la aplicación de las vacunas y las medidas de higiene para que aún con
esta cepa, y las que puedan surgir en un futuro, logremos salvar más vidas.
Hay que considerar que el COVID no terminará para siempre. El virus seguirá circulando
entre nosotros, como es el caso de la influenza, sin embargo, debemos aprender a vivir con
él y a seguir cuidándos.
Podríamos estar entrando en una de las últimas etapas de la pandemia, pero aún tenemos
mucho que hacer y asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva.
Omicron podría ser la variante que termine con la pandemia, pero no debemos bajar la
guardia.