“Nadie puede hablar de lo que no sabe, no se puede amar lo que no se conoce y no se puede respetar lo que no se siente”
Hace casi 500 años dio inicio una fusión de culturas ancestrales: la europea y la mesoamericana; esta combinación de creencias y costumbres dio origen a lo que hoy conocemos como Puebla, la Puebla señorial, el lugar barroco por excelencia, sitio que enmarca hechos históricos de relevancia para el devenir del tiempo, y, es ahí, donde la preservación de la historia local cobra importancia día a día.
Gracias a la tradición oral, escritos o el resguardo de documentos, se busca preservar los hechos ocurridos a lo largo del tiempo, ya sea sobre la vida personal, la de una comunidad, de un estado o de un país. Donde se puede cotejar la evolución social y se da fe del origen de las cosas.
Para ello la necesidad de dar la importancia de la riqueza de Puebla que vemos en sus calles, sus construcciones, su gastronomía, sus tradiciones y su gente, legado de los 492 años de historia fundacional constituida como la primera ciudad instaurada para españoles, misma que se ha construido a la par de un gran legado cultural.
En Puebla, contamos con espacios dedicados a la cultura y al arte, con una oferta amplia en el resguardo de nuestro pasado. Prueba de ello es la Biblioteca Palafoxiana, primera de carácter público en América —el recinto bibliográfico más importante del conocimiento impreso— hoy en día, la biblioteca cuenta con más de 40 mil ejemplares y es Monumento Histórico desde 1981, incluido en el Programa Memoria del Mundo, de la Unesco.
Así, Puebla resguarda su memoria y en suma a la oferta museística, se crea un conjunto de espacios, depositarios de nuestro origen y de la riqueza, que enmarcan lo que fue, lo que es, y será, en este lugar planeado a partir de un sueño trazado por ángeles.
Puebla no sólo tiene riqueza documental y museística, ya que también conserva de manera muy comprometida los archivos históricos que dan fe del legado de nuestros antepasados y son los cronistas e historiadores, los interesados en dar a conocer estas líneas, estos versos, estos pasajes que tiñen de orgullo a las comunidades y que dan importancia al pasado.
La importancia del pasado se basa en traer al presente, con orgullo, aquellos momentos y personajes que dejaron un legado y que dan la certeza del paso de nuestras vidas; sólo observando se da uno cuenta exacta de lo acontecido y usando las palabras o escritos en el presente, se preservaran los testigos históricos para la posteridad.
Todos somos parte de la historia, todos la edificamos: el objetivo primordial es el amor por nuestras raíces, por nuestro origen; todo lo que conocemos y vivimos es historia, lo que ahora consideramos nimio con el paso del tiempo será parte del legado que dejaremos a las futuras generaciones.
Actualmente, Puebla valora y atesora su pasado como gesto de reconocimiento para forjar el presente y el futuro, para servir a la comunidad y erigir la historia del estado a través de su pasado —pero también de sus monumentos, arquitectura, lengua, artesanías, vestimenta y sitios históricos—, ya que esta entidad posee riquezas inconmensurables. Un pueblo que no documenta su historia está destinado al olvido. En lo que corresponde a cada uno como poblano esta difundir aquello que dio, da y dará vida a nuestra sociedad, adecuándonos a las transformaciones; y sólo así, en el transcurso de los años, nuestros sucesores caminarán por la senda que desde un principio nos fue trazada.
Bondadoso poblano, ama a tu Estado y Ciudad si has de llamarte verdadero Ciudadano, cuida de la limpidez de sus blasones, de su tradición, de su arte y su leyenda para que el juicio de la Historia no te señale como un hijo ingrato.
