El anuncio de la secretaria general del PAN en Puebla, Genoveva Huerta Villegas, en el sentido de que el Instituto Electoral del Estado de Puebla será la instancia encargada de dar vista a la Fiscalía General del Estado para que inicie, por oficio, una investigación sobre el presunto desfalco financiero cometido por Augusta Díaz de Rivera Hernández en el Comité Directivo Estatal del albiazul, es la mejor muestra de que no habrá cacería de brujas, pero sí el uso de los mecanismos legales para sancionar a quien lo merezca. La crisis que atraviesa Acción Nacional en materia financiera metió en una camisa de fuerza a la nueva dirigencia estatal y es indispensable que no se mande ningún mensaje de impunidad hacia la militancia, pues eso significará un pésimo inicio de la gestión. Al interior del PAN todo están atentos para conocer de primera mano lo que se hará con los responsables de la crisis política y financiera del partido. Para remediar la primera, ayer quedó conformada la Comisión Permanente que, en buena medida, será la responsable de orientar la estrategia interna y externa. La integración se hizo con panistas de todas las expresiones, incluida la de los riveristas, a fin de que haya un espacio plural para el diálogo. Es ahí donde se tiene un gran acierto. Muchos antiguos seguidores de Eduardo Rivera Pérez decidieron retirar su apoyo al exalcalde de Puebla ante las estupideces cometidas y que derivaron en la actual crisis del albiazul. Esos militantes demostraron, una vez más, que la vida orgánica del PAN sigue vigente y al interior se puede construir una alianza conforme a un proyecto y no a un simple interés mezquino, como lo planteaba el oriundo de Toluca. Es por esa razón que la designación de Alejandra Escandón Torres en la tesorería del PAN estatal resulta clave debido a que es garantía de imparcialidad en las investigaciones sobre las finanzas del partido. Podría entenderse que al haber ocupado la Contraloría municipal con Eduardo Rivera, su actuación en consecuencia será el encubrimiento, pero es justo ahí donde la vida orgánica del PAN cobra vigencia. Escandón y muchos panistas se sumaron al proyecto de Mario Riestra Piña y Genoveva Huerta porque sencillamente no estaban dispuestos a continuar solapando las locuras del exalcalde y su grupo. En el caso de que la nueva tesorera se prestara a encubrir las irregularidades, su vida política se tornará en un calvario, ya que la nueva conformación del partido permite justamente los pesos y contrapesos. Encubrir no es opción porque es sinónimo de suicidio político. Con esa designación, la nueva dirigencia estatal manda un mensaje muy claro: No habrá impunidad, pero tampoco cacería de brujas. Una exriverista será la encargada de revisar todo y actuar en consecuencia. Son los nuevos tiempos del PAN.
miércoles, enero 15, 2025
