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miércoles, diciembre 18, 2024

Armenta, mensajes y estilo

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Que Alejandro Armenta Mier haya incluido en su discurso de toma de protesta ante el Congreso del estado, su compromiso de “continuar con la tarea de reconciliación a favor de Puebla” es una extraordinaria señal.  

Sin reconciliación no hay condiciones de unidad, trabajo conjunto, dirección ni entendimiento. Y para la cascada de planes y proyectos anunciados por el mandatario en su primer día de su gestión esos son conceptos básicos para conseguirlo. 

No se trata de cualquier reconciliación. Es la declaratoria expresa de Alejandro Armenta de su compromiso de ejercer como “un gobernador justo, honesto e incansable”, porque cuando hay justicia, honestidad y trabajo permanente hay oportunidad para solventar las históricas deudas que hoy se expresan en impunidad, corrupción, miopía de políticas pública, ausencia de un proyecto de Estado. 

Eso da cabida a compromisos como la consolidación de “la separación del poder económico del político”, la revolución de las conciencias, la austeridad, el fin de los privilegios y una praxis basada en la bioética y el humanismo mexicano. 

Pero va más allá, porque permite tender puentes y entenderlos desde otra óptica. Puebla ya tiene una cercanía con su régimen, los resultados de la pasada elección así lo demostraron, pero ahora falta que las comunidades conozcan de primera mano los beneficios para el desarrollo. 

Por eso, el ambicioso plan de extensionismo universitario anunciado por Alejandro Armenta recupera la sincronía entre las comunidades y sus estudiantes, alentados y apoyados por su gobierno, para que viertan sus conocimientos para cambiar vidas. 

Unidad, dirección y entendimiento son los cimientos para el combate de raíz de los factores que alimentan la inseguridad. La reconciliación, entonces, se expresa en voltear a los jóvenes y entender el deporte como la mejor herramienta para su desarrollo —incluso a nivel de alto rendimiento— sino para la construcción de sociedades sanas.  

Y también significa ver más allá de lo que hoy tenemos. Es, por ejemplo, soñar con construir el Silicon Valley latinoamericano en Ciudad Judicial; convertirnos en los productores estratégicos de semiconductores —la nueva base de la economía mundial—, tener energías limpias para autoconsumo y que eso reduzca los costos de producción o apostar por ser el nodo estratégico de la electromovilidad. 

Se trata de apostar por la reconciliación del sueño de quién es el poblano frente al mundo. Apostar por ser el centro neurálgico de la interconectividad del país, transportarnos en trenes como Europa, con el consiguiente ahorro económico e impacto positivo al medio ambiente. 

Un plan de reconciliación parte del entendimiento de que Puebla debe ir en sintonía total con el plan del gobierno federal. Por eso es que Armenta, no solo apuesta por los megaproyectos de Claudia Sheinbaum Pardo, sino que ya tiene listo lo que pretende desdoblar a partir de estos como es la conexión de toda la Mixteca poblana —desde Acatlán hasta La Colorada— que se conectará a la autopista que se desarrolla entre Morelos y Oaxaca.  

Reconciliación, como se entiende, no es un tema exclusivo de la clase política. Esa etapa ha concluido. Ahora, el Segundo Piso va por las comunidades, el pueblo. La reconciliación es consolidación. 

En el mundo político, no obstante, Armenta va por dos nuevos distritos electorales estatales. Uno de ellos será Acatzingo. Hay, además, en el tintero la posibilidad de convertir a juntas auxiliares en municipios. 

Hay proyecto, hay claridad, hay metas precisas. La reconciliación está en marcha desde la visión de un hombre que se comprometió a actuar con justicia, honradez y trabajo incansable.  

Hoy, se puede decir, que el único reto de Alejandro Armenta es el tiempo. Un día que pasa, es un día menos.  

 

 

Lalo Rivera, el orgullo del fracaso 

La estrepitosa derrota de Eduardo Rivera Pérez en la elección del nuevo Comité Directivo Estatal del PAN es solo la confirmación del fracaso de un proyecto político cuyos principales atributos fueron el sectarismo, la ausencia de sentido común, la soberbia y la corrupción. 

Tiene razón nuestro compañero Zeus Munive al advertir que el Yunque no perdió. La derrota fue para el Yunque Burocrático que encabeza Rivera Pérez, un ala de la cofradía que surgió desde que el oriundo de Toluca regresó al Palacio Municipal.  

Las causas de la derrota las ha podido leer permanentemente en estas páginas el hipócrita lector. Solo era cuestión de tiempo de que concretara. Los únicos que nunca quisieron enterarse que estaban muertos fueron Lalo Rivera y su panda de inútiles.  

Toda sociedad requiere de una oposición fuerte y organizada. Eduardo Rivera era lo último que podía ofrecer. Nuevos tiempos soplan en el PAN poblano.  

Ahora, Mario Riestra y Genoveva Huerta tiene en sus manos, la oportunidad de ser una oposición digna y responsable, pero deberá iniciar hacia adentro.  

Es tiempo de hacer política, un concepto básico que Eduardo Rivera nunca entendió. 

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