La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó la firma del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua en el que estuvieron los gobernadores de las 32 entidades federativas, así como el gobernador electo Alejandro Armenta Mier, quienes se comprometieron con el medio ambiente, en especial el tema del agua.
El director de Conagua, Efraín Morales López, destacó que el gobierno de México y mandatarios se comprometieron a realizar acciones para mejorar los niveles de eficiencia en los servicios de agua.
La mandataria federal abundó que esta iniciativa busca sentar las bases para un manejo sostenible, justo y prioritario de los recursos hídricos, reconociendo el agua como un derecho humano inalienable, tal como lo establece la Constitución y diversos tratados internacionales.
Durante la presentación, en la alcaldía de Xochimilco, en la Ciudad de México, Sheinbaum Pardo destacó que México enfrenta desafíos críticos en el acceso y la gestión del agua.
Según datos oficiales, más de 9 millones de personas en el país carecen de acceso adecuado al agua potable, mientras que millones más enfrentan servicios intermitentes o de baja calidad.
Este problema es particularmente grave en comunidades rurales, indígenas y en zonas urbanas marginadas.
“El agua no puede ser un privilegio de unos pocos; debe ser un derecho garantizado para todas y todos. Este acuerdo es una convocatoria nacional para resolver una deuda histórica con millones de mexicanos que aún viven sin este recurso esencial”, declaró Claudia Sheinbaum ante un público conformado por activistas, expertos en temas ambientales y representantes de distintos sectores políticos.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN COLECTIVA
La presidenta de la República enfatizó que esta iniciativa requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad.
“Este acuerdo no es un proyecto de un solo gobierno, sino un pacto que involucra a los tres niveles de gobierno, a las comunidades, al sector privado y a la ciudadanía. Es un esfuerzo conjunto por el bienestar de las futuras generaciones”, afirmó.
Asimismo, destacó que el financiamiento del acuerdo provendrá de una combinación de recursos federales, estatales y municipales, además de posibles alianzas con organismos internacionales y mecanismos de financiamiento verde.
La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México subrayó que, bajo su administración, se demostraron los beneficios de proyectos innovadores como los sistemas de captación de agua de lluvia en viviendas populares, un modelo que se planea replicar a nivel nacional.
RESPUESTAS Y DESAFÍOS
La presentación del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua generó reacciones positivas entre expertos y activistas.
Organizaciones como Greenpeace México y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos han señalado que esta propuesta tiene el potencial de abordar las profundas desigualdades en el acceso al agua en el país.
Sin embargo, también surgieron cuestionamientos. Algunos analistas políticos y económicos advierten sobre la viabilidad presupuestaria de un proyecto de esta magnitud, especialmente en un contexto de restricciones fiscales.
Además, expertos en agua han señalado la importancia de garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la implementación de estas políticas, para evitar que los recursos sean mal utilizados o que las acciones queden solo en el papel.
Por otro lado, sectores empresariales, especialmente aquellos relacionados con industrias de alto consumo de agua como la minería y la agricultura intensiva, han expresado preocupación por posibles restricciones que podrían afectar sus operaciones.
Sheinbaum respondió a estas inquietudes asegurando que “el diálogo será clave” y que el desarrollo económico debe ser compatible con la justicia social y ambiental.
“Estamos ante una oportunidad histórica de transformar la relación de nuestro país con el agua. No podemos esperar más. El futuro de México depende de lo que hagamos hoy”, concluyó Sheinbaum en su discurso, dejando claro que este acuerdo es una de las piedras angulares de su visión para la nación.
