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lunes, noviembre 25, 2024

Incongruencia o síndrome de Estocolmo

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Una verdadera sorpresa causó la revelación de dos panistas que decidieron incorporarse en la planilla de Felipillo Velázquez Gutiérrez, que en realidad se convirtió en el empleado de Eduardo Rivera Pérez para que le cuide el changarro del Comité Directivo Estatal del PAN. Nos referimos a Guadalupe Leal Rodríguez y a Fernando Sarur Hernández. Su inclusión es sorpresiva porque después de ser víctimas del sectarismo del exedil oriundo de Toluca y su grupo político, ahora están dispuestos a respaldarlo para que continúe el proyecto de destrucción de Acción Nacional. Ambos panistas conocen de primera mano lo que significa ser marginados y hasta perseguidos por parte del Yunque burocrático. Ambos padecieron el maltrato, el ninguneo y el incumplimiento de los acuerdos que hicieron con Eduardo Rivera y su gente para ser apoyados desde el Ayuntamiento de Puebla. En el colmo del agravio, ambos recibieron el portazo del PAN estatal en sus narices cuando buscaron una candidatura en el pasado proceso electoral y el nefasto grupo riverista les impidió una reelección en sus cargos como diputada local y regidor. Fernando Sarur conoce de primera mano todas las irregularidades cometidas en el Ayuntamiento de Puebla, el saqueo y negocios sumamente cuestionables que han enriquecido a los riveristas. Aun así, decidió sumarse a la planilla de Felipillo Velázquez, el candidato por descarte de Eduardo Rivera una vez que el pillo de Adán Domínguez Sánchez se bajó de la contienda no solo por el escándalo del boquete financiero que dejó en la Comuna sino porque su postulación unía a todos en su contra. En junio de 2024, tres semanas después de la elección constitucional, en la que el PAN sufrió una masacre, Guadalupe Leal mostró su indignación ante la operación que se inició desde el CDE para que el grupo de Eduardo Rivera continuara en poder de la dirigencia local. “Si seguimos así perderemos el registro en 2027, el dinero no comprará la integridad y los resultados. Hoy el PAN privilegió las estructuras para un solo control”, esa fue su declaración. ¿Qué pasó ahora? ¿Ah poco un sujeto igual de cuestionable como Felipillo Velázquez logrará todo lo contrario pese a que es la imposición de Eduardo Rivera? Lo peor es que la exdiputada local también desmenuzó las causas de la debacle panista, en donde el grupo de Eduardo Rivera apareció como el principal responsable. Así lo dijo: “A mí me duele profundamente que el Partido Acción Nacional haya sido derrotado, pero no fue derrotado por Morena, ya había sido derrotado por sus pésimos dirigentes, tanto el estatal como el municipal en Puebla que decidieron aliarse desde el Congreso estatal”. ¿Acaso Lupita Leal no se dio cuenta en el mitin de apoyo tras registrarse la planilla de Felipillo estuvieron impresentables como Adán Domínguez o Enrique Guevara Montiel? ¿Ah poco ahora está de acuerdo con todas las irregularidades en las que se vieron envueltas Guadalupe Arrubarrena y Ana María Jiménez Ortiz tras su paso en el Ayuntamiento? Que las aspiraciones de Felipillo sean apoyadas por el Yunque burocrático no es extraño, pues son la misma mafia, pero lo que realmente sorprende es que Fernando Sarur y Lupita Leal hayan destrozado su prestigio para respaldar a la panda de mafiosos que están detrás del exsecretario de Gestión y Desarrollo Urbano. (Sobre el impresentable de Oswaldo Jiménez, solo queda un comentario: “¡Quiere llorar, quiere llorar!”).

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