Uno de los principales retos que tendrá la 4T poblana será impedir que la impunidad reine entre los alcaldes que se fueron. No lo decimos solo por Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez, el par de bribones que sumieron en el caos a la capital poblana, sino por las reiteradas denuncias que surgieron tras el cambio de poderes en los municipios. Hay otros casos como San Pedro Cholula, Acatlán de Osorio, Cuautlancingo, Tehuacán o Chignahuapan en donde existen fuertes sospechas de corrupción que no pueden quedar en el olvido. Las corruptelas cometidas no pueden gozar de olvido ni perdón, pues se estaría mandando un mensaje equivocado a los actuales presidentes municipales de que pueden hacer lo quieran —incluyendo destrozar a un municipio— sin pagar ninguna consecuencia. La nueva gestión estatal, por ejemplo, tiene claro que no habrá cacería de brujas, pero tampoco tolerancia a los delitos. Proceder contra los responsables es uno de los primeros mensajes más efectivos que se enviarían a la ciudadanía para demostrar que, en los hechos, las cosas realmente están cambiando. Los ciudadanos no son tontos y saben de primera mano si hay o no protección a los corruptos. En muchas alcaldías esa fue una de las principales causas que llevaron a los partidos políticos a perder el pasado 2 de junio. Sin embargo, el asunto no puede quedar solo ahí. Los pasados comicios permitieron conocer sin tapujos a los grupos o partidos políticos que están interesados en pactar con el crimen organizado o con sujetos que han estado en la mira de las autoridades e incluso se encuentra como objetivos del atlas delictivo estatal. Poner un freno a esa nefasta práctica desde un principio también permitirá que los municipios entren en una nueva dinámica que los ayude a reconstruirse políticamente. La impunidad no puede estar a favor de exalcaldes corruptos, pero tampoco hacia partidos y/o grupos políticos que alientan como candidatos a presuntos criminales. Si de verdad se pretende cambiar las cosas no hay mejor camino que cortar de raíz el mal.
PEPE CHEDRAUI Y EL SEGUNDO DÍA
Vaya forma de Pepe Chedraui Budib de arrancar su gestión. Al día siguiente rendir protesta limpió al Centro Histórico de vendedores ambulantes e irá por la reestructuración de dos contratos que significaron, en su momento, una afrenta a la ciudadanía. A este paso le será fácil demostrar el pequeñísimo nivel de los panistas para gobernar una ciudad e incluso el de la administración de Claudia Rivera Vivanco. Faltan todavía muchos retos, pero un buen comienzo siempre será un buen augurio.
