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jueves, septiembre 19, 2024

Borrachera en el Senado

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Uno de los escándalos más mediáticos durante la gresca en la que se aprobó la minuta de decreto que reforma al Poder Judicial tuvo que ver con el lenguaje.

Lili Téllez, que es una vergüenza como senadora —ya lo fue antes como “periodista”— tiene un particular encono, desde hace tiempo, en contra de Gerardo Fernández Noroña, actual presidente de la Mesa Directiva del Senado.

Y como si estuviese en una cantina, la susodicha le escupió, en plena borrachera democrática, un adjetivo que provocó que periodistas levantacejas —como Denise Maerker— levantaran, precisamente, las cejas.

¿Qué le dijo Lili Téllez a Noroña?

¡Bellaco!

Si nos ponemos estrictos, dicha palabreja está prácticamente en desuso desde hace décadas y su definición no es ofensiva.

Bellaco, según el diccionario de la Real Academia Española, significa “malo”, “pícaro”, “ruin”.

Pensar que Noroña es un pícaro es injusto, pues Noroña es más bien un oportunista que chantajeó a Claudia Sheinbaum en aras de quedarse con la Presidencia del Senado.

La ignorancia de Lily Téllez fue brutal, pues seguramente lo que buscaba decirle era “plebeyo”, como se definió el propio Noroña al rendir protesta como presidente de la mesa.

La experiodista de Salinas Pliego —el tío Richie— quiso decirle plebeyo, y creyó que bellaco era sinónimo de éste.

(Bellaco fue, en su momento, el don Juan Tenorio, de Zorrilla. O “bellocarmelo”, como gritaban a la menor provocación en los entrañables corrales de comedias).

Que Lily Téllez haya injuriado de tal manera a Noroña no es novedad.

Lo que asombra es que una periodista medianamente culta como Denise Maerker haya levantado la ceja izquierda —como forma de desaprobación—, y, en consecuencia, la voz, para decir que era el colmo que hubiera senadoras que confundieran el Senado con una cantina.

Lo que ocurrió en realidad, repito, es que ambas “periodistas” fueron las que confundieron bellaco con plebeyo.

(Los dos términos, por cierto, forman parte de la arqueología de la lengua. Es decir: son arcaísmos).

Una más:

Los reguetoneros denominan a sus seguidores como “bellacos”.

Y eso enorgullece, faltaba menos, a éstos.

Noroña, que se siente un docto en temas de literatura, debió haber hecho esas mociones para dejar en evidencia a Lily Téllez.

¿Por qué no lo hizo?

Porque al igual que Téllez y Maerker ignoraba la definición del arcaísmo.

En otras palabras:

Éste es el nivel del debate público que vivimos, y éste es el nivel de los limitados debatientes que tenemos.

¡Terrible!

¡Bebamos!

 

 

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